La tragedia se produce casi en la víspera de su mayor festividad anual, la del Año Nuevo Lunar.
La mayoría de las víctimas mortales, once, incluida una niña de solo diez días, se encontraban en el edificio Weiguan Jinlong de Tainan, del que se han rescatado ya 258 personas, según datos del Servicio Nacional de Emergencias, pero donde varios vecinos aseguran que aún están sus familiares.
Los datos más pesimistas del gobierno local indican que todavía podría haber hasta un centenar de personas atrapadas en ese inmueble de 17 plantas, el más afectado entre los 14 derrumbados o dañados por el seísmo de 6,4 grados en la escala de Richter.
Mientras, continúan las tareas de los equipos rescate, dificultadas por la falta de luz natural al caer la noche, el frío y el peligro de explosiones.
Frente al edificio Weiguan se asistió hoy a escenas de alegría, como la de una mujer que presenció emocionada el rescate de su esposo, y también a muchas de angustia, como el caso de una madre rescatada sin sus dos hijos que imploraba ir en su búsqueda.
En ese ambiente de luto no faltaron, sin embargo, acontecimientos que arrojaron luz a la tragedia, como el rescate de un niño de siete años, apellidado Hu, gracias al maullido de su gato, que alertó a los bomberos, quienes también salvaron a su hermano.
No obstante, el descubrimiento de latas usadas de aceite rellenas de un líquido no identificado en las estructuras del edificio Weiguan, en lugar de cemento, han puesto una nota amarga y suscitado dudas sobre la solidez de la construcción, señaló la televisión local NEXTTV.
El panorama en Tainan tras el terremoto es devastador, con cinco edificios completamente derrumbados y otros muchos dañados, y la interrupción del servicio eléctrico en 168.000 hogares y de agua en 40.000 durante el día, mientras muchas familias se preparaban para recibir el lunes 8 de febrero al nuevo año lunar.
Una gasolinera ubicada frente a un edificio inestable ha sido evacuada y vaciada de combustible, y bajo algunos de los inmuebles derrumbados han quedado aplastados automóviles y motocicletas, mientras que un campo de golf de Tainan registró grietas en el terreno, algunas de más de dos metros.
El tren de alta velocidad que une el sur y norte de la isla ha interrumpido sus servicios, en un día en el que muchos taiwaneses residentes del norte van al sur para celebrar con sus familiares la «Nochevieja china», que tendrá lugar el domingo.
En la zona industrial, el Parque Central del Sur de Taiwán, sede de importantes fábricas de alta tecnología, interrumpió su actividad ante los cortes de electricidad, pero no ha sufrido daños graves, informó el Ministerio de Economía taiwanés.
Los residentes afectados por los derrumbes han perdido casi todas sus pertenencias, y en uno de los edificios un banco colapsado ha dejado bajo tierra 30 millones de dólares taiwaneses (un millón aproximado de dólares).
El presidente taiwanés, Ma Ying-jeou, y el primer ministro, Chang San-cheng, se trasladaron a Tainan para seguir de cerca las operaciones de rescate y salvamento y mostrar sus condolencias y solidaridad con los damnificados.
«Se han preparado 1.200 camas en escuelas y otros lugares para albergar temporalmente a los damnificados», dijo a la prensa el presidente taiwanés.
Los sismólogos taiwaneses advirtieron de que aún se esperan otros seísmos de más de seis grados en la isla este año, sin descartar que esto ocurra en las próximas semanas.
El director de Sismología del Servicio Meteorológico isleño, Kuo Kai-Wen, alertó de que, «como la energía media anual de los seísmos de más de seis grados equivale a seis bombas atómicas y este sábado se han liberado dos, aún son probables más seísmos fuertes este año».
El seísmo de 6,4 grados de magnitud tuvo su epicentro en la aldea de Meinung, al sur de Taiwán y a 16,7 kilómetros de profundidad, y sacudió el sur de la isla a las 03.57 hora local (19.37 GMT del viernes), según el Servicio Meteorológico Central.
Muchos de los residentes en el centro y sur de Taiwán dijeron que los temblores les recordaron el terremoto de 7,3 grados de magnitud en la escala de Richter que el 21 de septiembre de 1999 causó más de 2.400 muertos en la isla.
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