Fuentes de la investigación han indicado que se está efectuando un examen minucioso y microscópico, toda vez que aún no ha quedado claro si el supuesto autor de la muerte se las seccionó o fueron las alimañas las que pudieron arrancarlas.
Aunque desde los primeros días del hallazgo del cadáver se especuló con que Miguel Ángel, ya en prisión por la muerte de Denise, le había cortado las manos, los investigadores aún no lo tienen claro y, por ello, se ha tomado la decisión de examinar los muñones, toda vez que las manos no han podido ser encontradas.
Para la investigación, es fundamental saber si el autor de la muerte le cortó las manos de forma premeditada y las escondió, ya que si en ellas no se encontraran restos de piel del asesino u otros signos que denotaran que hubo pelea, sería un indicio de que el detenido golpeó a la víctima de forma premeditada, lo que agravaría la consideración del delito, es decir, sería asesinato.
Mientras, si hubiera restos cobraría fuerza la hipótesis de que hubieran peleado y podría traducirse en una acusación por homicidio.
La autopsia ha determinado que Denise murió de una brutal paliza al presentar numerosas fracturas en distintas partes de su cuerpo, la más grave la rotura de la base del cráneo, y que no fue agredida sexualmente.
El cadáver también tenía rotas las mandíbulas, además de varios dientes, diversas costillas y el cartílago de la laringe, por lo que la causa más probable de la muerte pudo ser los numerosos golpes que recibió.
Además, los investigadores consideran que la mujer fue agredida por la espalda lo que puede ser determinante a la hora de calificar su muerte como un asesinato y no un homicidio, ya que no tuvo opción de defenderse.
Miguel Ángel M.B., de 39 años, confesó ser el autor del crimen, aunque en su declaración afirmó que la muerte se produjo al golpearse la cabeza contra una piedra después de que la agrediese con un palo.
Denise desapareció el pasado 5 de abril, cuando se perdió su pista mientras realizaba sola el Camino de Santiago a su paso por la provincia de León.
Cinco meses después, el 12 de septiembre, fue el supuesto autor de su muerte fue detenido en un bar de la localidad asturiana de Grandas de Salime, donde había huido alertado tras la reactivación de la búsqueda de la peregrina por más de trescientas personas de distintos cuerpos de seguridad y del ejército.
El detenido condujo a los investigadores al lugar donde había escondido el cadáver, en una finca de su propiedad situada entre las localidades leonesas de Santa Catalina de Somoza y San Martín de Agostedo.
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