El ministerio fiscal pide por dichos abusos sexuales 4 años de prisión y 18.000 euros de indemnización, mientras que la acusación particular pide 12 años de prisión y 40.000 euros por daños y perjuicios.
El mismo acusado inició ayer la ronda de declaraciones. Ribas Riera, que está en prisión por el crimen anteriormente citado, vino escoltado por agentes de la Policía Nacional y tuvo que soportar los abucheos de la tía de la mujer de Buijus, que le esperaba a la entrada de los juzgados: «Asesino, cobarde hijo de puta, ojalá te pudras en la cárcel», chilló. Una vez en la sala, Ribas negó toda acusación de abusos sexuales y explicó que mediante una amiga en común contactó con la mujer marroquí, que en 2008 la fue a ver a Marruecos y le pareció «una buena chica». Ribas explicó que se quería casar con ella en Marruecos pero que debido a su mala experiencia con las mujeres prefirió traerla a España para ver como iba la convivencia: «Mi exmujer me abandonó a mi y a mis tres hijos, me dejó con un bebé de tres meses», sollozó el acusado al recordar este episodio.
Según Ribas la mujer se vino a España con un visado firmado por él mismo y tuvieron una «vida normal de pareja, y era cariñosa conmigo», aseguró, pero se enteró que la mujer que hizo de intermediaria se dedicaba a negocios oscuros de trafico de inmigrantes y decidió retrasar el matrimonio: «Pensé que me habían engañado», dijo. El acusado aseguró que durante ese tiempo «tuvo relaciones completas y consentidas» con su pareja.
Sin embargo la mujer marroquí negó estas declaraciones y relató que en el primer mes «fue bien» pero luego Ribas Riera empezó a abusar de ella e intentó forzarla en varias ocasiones: «Lo hacía cuando volvía borracho a casa, tres o cuatro veces por semana», explicó. La supuesta víctima, que necesitó de intérprete para la declaración, indicó que Ribas sabía que ella quería llegar virgen al matrimonio y aún así «quería tener relaciones conmigo por la fuerza, me pegaba en los pechos y me abría las piernas y yo me defendía como podía». La mujer aseguró, sin embargo, que él nunca consiguió llegar a tener relaciones totalmente completas con ella: «Hubo penetración pero muy poco porque yo le cogía el pene con las manos para frenarlo y siempre se corría encima mío», explicó la supuesta víctima. Explicó que el día antes de irse, él la amenazó con una escopeta y le dijo: «Yo te he traído aquí y puedo hacer lo que quiera contigo», señaló. La mujer marroquí aseguró que cuando decidió irse, el acusado la cogió y la llevó a comisaría pero como no tenía papeles ella se escapó y se fue a casa de la mujer que había hecho de intermediaria y allí se quedó dos meses. El 12 de noviembre de 2008 la policía la detuvo por no tener papeles y le informaron de que podía denunciar aunque no tuviera pasaporte y así lo hizo.
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