Sosegado, Candioti fue respondiendo una a una las preguntas formuladas por parte del Ministerio Fiscal y de la presidenta de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma, Francisca Ramis, y en las que se reconstruyó detenidamente los hechos ocurridos aquella fatídica mañana del 25 de mayo de 2011.
«Lo recuerdo todo muy bien porque desde entonces mi vida ha cambiado por completo y porque durante mi primera semana en prisión no paré de llorar por el bosque y por el daño que provocó el fuego», comenzó el apicultor. Después, narró que a las diez de la mañana se dirigió a una zona, a unos 300 metros de su casa, donde había una era «con base de piedra caliza, rodeada de pinos y sin hojarasca», para trabajar en una colmena trampa que acababa de crear. Posteriormente, «me puse la careta, cogí el cepillo, las pinzas y usé mi ahumador colocándolo sobre las rocas para evitar problemas y tras unos diez o doce minutos lo tapé y lo apague en mi casa», continuó. Y finalmente, concluyó explicando al representante del Ministerio Público que «viendo que todo estaba bien me fui para casa, me encontré con mi pagesa, me comí unos nísperos con ella y me dispuse a descansar un rato porque por la tarde tenía examen de inglés», finalizó el acusado.
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6 comentarios
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No basta con llorar como una nenaza. Tus lágrimas no sirvieron para apagar el fuego.
Los ibicencos siempre hemos aceptado a todos los inmigrantes, argentinos o no argentinos, pero lo único que exigimos es respeto a nuestra isla. Pensad que si os quedais aquí pasa a ser también vuestra tierra de adopción, así que, por favor amarla y respetarla como si fuera vuestra tierra natal.
Todos nos equivocamos, pero todos tenemos nuestra responsabilidad ante nuestros errores
Hombre "los argentinos que conocemos por aquí" supongo que habrá de todo, igual que cuando los españoles se van por ahí. Al menos hablo por los que yo conozco. Lo importante realmente de todo esto es que nos concienciemos de que las medidas de seguridad no es algo ridículo, sino que de vez en cuando se pueden provocar catástrofes. ¿Cuántas veces la gente, incluso en días de mucho viento se ponen a quemar rastrojo o resto de poda? De ahí a que haya una desgracia ya sólo influye la suerte.
Hace un par de años estuve en Buenos Aires. Conoci alli a gente muy agradable, y entre las cosas que me decian era se sentian avergonzados del comportamiento de los compatritas que habian emigrado aqui, a los que se referian como "busca vidas" o "vividores". Me quede muy sorprendido, y comprendi que no todos los argentinos son como los que conocemos aqui.
a edgar: si hubiera ido alguien de aquí a Argentina a pegarle fuego a media Patagónia que pasaría? seguramente lo lincharian. Estos días en las noticias se habla mucho de los linchamientos en Argentina. Este señor tiene que estar agredeciado que aquí se le ha tratado tan bien. Y desde luego espero que después de cumplir la condena integra sea deportado a su Argentina natal.