Algunos restos del BMW, accidentado en el camino vecinal de la Ponderosa el 9 de marzo de 2008 por la noche. | Irene G.Ruiz
La juez del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, Martina Rodríguez, dejó ayer visto para sentencia el caso de Rubén G.R., un joven de 26 años de edad para quien el ministerio público reclama una pena de dos años y medio de prisión por la presunta comisión de un delito de homicidio por imprudencia grave. Sobre las nueve de la noche del 9 de marzo de 2008, el BMW 325I Coupé que conducía el acusado con otras tres personas a bordo se salió por el margen derecho de la vía por la que circulaba, el camino vecinal de la Ponderosa, chocó contra una señal que marcaba la velocidad máxima permitida de 60 kilómetros por hora y, tras dar varias vueltas de tonel, se detuvo 73 metros más adelante. Despedida por la ventanilla salió la joven fallecida, Clara Marí Yern, que iba en el asiento trasero derecho sin llevar abrochado el cinturón de seguridad.
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