Paulo Baptista se mostró relajado durante toda la vista, sentado al lado de su abogado. | Alejandro Sepulveda Soler

Paulo César Baptista explica el puñetazo que terminó con la vida de Abel Ureña en una discusión porque se enteró de que la víctima vendía droga a su novia en la discoteca en la que ambos trabajaban. El juicio arrancó ayer en Palma con la declaración del acusado cuya defensa sostiene ahora que lo ocurrido fue un homicidio imprudente. Baptista trabajaba de jefe de seguridad en el Ushuaia Beach Hotel en agosto de 2011 mientras estaba escapado de la justicia portuguesa que le había condenado por extorsión. La misma noche que ocurrieron los hechos se marchó de la Isla y fue detenido por la policía holandesa. Ureña falleció dos semanas después de la agresión como consecuencia de los daños que sufrió de un único puñetazo.

La secuencia del golpe quedó grabada en vídeo y el jurado pudo ver ayer la escena tomada por una cámara de seguridad. En la grabación, de apenas diez segundos, se ve cómo Baptista se acerca alterado a la víctima mientras varias personas intentan retenerle. Se queda a menos de un metro de Ureña y, tras dos segundos le da un golpe. El camarero cae redondo al suelo y el acusado se van del lugar, luego es apartado por gente cuando señala al fallecido.

[Más información en Kiosko y Más y en la edición impresa]