Imagen del agente de la Policía Local de Santa Eulària mientras simula hablar con un vendedor ambulante.

El agente de la Policía Local de Santa Eulària que ha sido apartado de su trabajo la pasada semana tras salir a la luz un vídeo en el que se mofaba de un inmigrante y destrozaba el material incautado, varios pares de gafas de sol, remitió ayer un escrito en el que pide disculpas por su actuación.

«En primer lugar quiero pedir mis más sinceras disculpas a todas las personas y colectivos que se han podido sentir ofendidos por mi participación en la grabación del desafortunado vídeo del que todos tienen conocimiento», inicia el escrito el agente. Además, explica que el vídeo, que fue grabado hace unos cinco años, tal y como ya informó este periódico, registra una conversación simulada, ficticia e irreal: «Presenta un sketch con una conversación telefónica totalmente simulada, con un supuesto vendedor ambulante», asegura el agente en el escrito. En ese mismo vídeo se puede escuchar cómo el agente se ‘despide' de su interlocutor como «señor negrito».

Respeto al ciudadano

A pesar de pronunciar esas palabras, el policía asegura que «en nada se corresponde con mi sentir hacia cualquier persona, sea cual sea su profesión, género, raza o religión». Por ello, explica que siempre ha tenido presente en su labor profesional «principios tales como el respeto a la dignidad de todo ciudadano, el respeto a la ley y la supeditación de mi propia integridad al deber de sacrificio, por lo que al atender a un ciudadano lo que me ha importado ha sido su seguridad y el respeto a la ley, no el color de su piel, su acento o la forma de ganarse la vida». En esta línea asegura que no se considera racista, «así lo saben quienes me conocen y mi desempeño laboral creo que así lo demuestra y aunque esto no sirve para disculpar mi comentario, al menos quiero que le quede claro ese punto a toda la gente de Santa Eulària y que no soy el racista que algunos se empeñan en presentar». Por ello, apunta que tanto sus mandos, como compañeros y él mismo «tenemos claro que a la hora de socorrer a un herido, de ayudar a una víctima del delito o, simplemente, al realizar cualquier tarea lo importante son las personas».

Asimismo, el agente expedientado lamenta que por este hecho se pueda «empañar la buena imagen de la Policía Local, el Ayuntamiento y el municipio de Santa Eulària». «Todos y cada uno de mis compañeros realizan a diario su labor de manera profesional, con rigurosidad y seriedad, jugándose la vida si es preciso, por lo que no es justo que su labor se vea cuestionada por mi triste actuación», señala.

Desafortunado error

El policía sancionado asume «totalmente» la responsabilidad de un error «desafortunado e injustificable» y destaca que se trata de una grabación realizada «fuera del horario laborar y con un material almacenado que se guarda en las dependencias municipales con la finalidad de ser destruido, por lo que entendí que no causaba un perjuicio a nadie». «Aún con todo, pido disculpas al Consistorio y también a mis propios compañeros por protagonizar tan detestable'vídeo».

Por último, el agente insiste en calificar la grabación de ser un «lamentable error» y resalta que en ningún caso se hizo «con la voluntad de ofender ni herir a nadie, ni pensé nunca que pudiera trascender a terceras personas que pudieran sentirse ofendidas por el mismo». Finaliza argumentando que no hubo ninguna mala intención en la grabación de la broma, «que por desgracia cinco años después ha sido filtrada a terceros, no sé con qué intención».