Los investigadores han confirmado que entre casas, negocios, y locales, el empresario de Alaró sumaba más de un centenar de bienes inmuebles, valorados en unos 50 millones de euros. Andreu, de 19 años, era el heredero universal, mientras que Toni, de 21, y Ainara, de 23, habían sido desheredados por su padre, que alegó en su testamento que éstos dos últimos le echaban en cara que para ellos «estaba muerto». Los dos hijos mayores vivían en Santa Ponça con la ex mujer del empresario, mientras que el joven Andreu vivía en la finca de Alaró con su padre.
La detención del chico y de su amigo -Francisco A.R.- se llevó a cabo el miércoles por la noche, tras el funeral que se celebró en Alaró por Andreu Coll Bennàssar. Por la noche, fueron separados en distintos cuarteles. Fran en el cuartel de Inca y Andreu en la comandancia palmesana. Por la mañana, el hijo del empresario fue trasladado a la finca familiar, ubicada en el kilómetro dos de la carretera de Alaró a Santa María, en la zona conocida como sa Teulera.
Entre el mediodía y la tarde, los agentes de la Policía Judicial inspeccionaron de nuevo la casa, donde el miércoles ya se encontraron restos de sangre en tres teléfonos, paredes y el sótano. Para los investigadores, se trata sin ninguna duda del escenario del crimen. El detenido estuvo acompañado de Laureano Arquero, su abogado.
Andreu Coll dio la cena a su padre enfermo en la noche del sábado 29 de junio. Entre semana lo hacía su hermana Margalida, pero los sábados era él quién visitaba al progenitor. A la medianoche salió y se dirigió a su finca, donde presumiblemente fue atacado y golpeado hasta la muerte. Todo apunta a que se produjo una discusión que desembocó en el crimen.
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
Cría cuervos y te arrancarán los ojos.