Ya casi por la noche, pasadas las ocho de la tarde, sobre la arena de es Trucadors, frente a s'Espalmador, Stephen comenzó a sentirse muy mal y entró en parada cardiorrespiratoria. Desde la Comandancia de la Guardia Civil de Balears explicaron ayer que una persona que se encontraba en el lugar se encargó de realizarle las maniobras de reanimación, pero no sirvió de nada. Tan solo tenía 22 años de edad.
Hasta la zona del restaurante es Ministre, al final de la playa de ses Illetes, a una distancia de más de un kilómetro de la punta de Trucadors, se dirigieron los servicios de emergencia. A las 20,40 horas se certificó el fallecimiento del austriaco y a las 22 el juez de paz de Formentera ordenó el levantamiento del cadáver.
Un equipo de la Guardia Civil se dirigió al lugar en el que estaba el fallecido. Los amigos confirmaron las sospechas. Dijeron a los agentes que Stephen se encontraba bajo la influencia de bebidas alcohólicas y, además, había ingerido dos gramos de MDMA, es decir, éxtasis, una combinación que anteayer, uno de los días más calurosos del año, resultó mortal.
Está previsto que los forenses realicen hoy la autopsia. De la investigación del caso se ha hecho cargo la Policía Judicial de la Guardia Civil.
A principios de julio falleció un británico en circunstancias similares en una piscina de unos apartamentos de Cala de Bou. Además, a lo largo del mes se han registrado varios ingresos hospitalarios por consumo de éxtasis. El caso más llamativo fue el de una joven suiza de 21 años que entró en coma y pasó varios días en la UCI de Can Misses tras consumir una única pastilla de éxtasis. El comprimido, de color morado, llevaba un bajorrelieve con forma de estrella de cinco puntas.
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