Cinco residentes de la bahía de Portmany, uno de ellos de nacionalidad británica, se enfrentan a cuatro años de cárcel por supuestamente constituir un grupo que durante 2008 se dedicaba a la venta de estupefacientes al por menor a consumidores de los municipios de Sant Antoni y Sant Josep. Todos cayeron en la denominada operación ‘Giralda', una actuación de la Guardia Civil en la que se intervinieron 582 gramos de hachís, 420 dosis de cocaína y 5.700 euros que se cree procedentes de este comercio.
El caso estaba previsto verse en la Audiencia Provincial pero tuvo que suspenderse después de que el tribunal descubriera que uno de los abogados estaba inhabilitado por supuestas irregulares profesionales. Éste se disculpó diciendo que desconocía esta situación, hecho por el que no había designado a otro letrado.
Agentes del puesto de Sant Antoni desmantelaron el grupo después de que uno de los sospechosos fuera interceptado con droga en es Fornàs. Tras ello siguieron registros en domicilios de las calles Cantabria, Valencia, de Cala de Bou, y Doncella, en Cala Tarida.
Hachís y cocaína para los consumidores más jóvenes
La Guardia Civil se incautó de distintas cantidades de hachís y cocaína en los cinco registros domiciliarios que se llevaron a cabo. La investigación determinó que lo acusados tenían como principales clientes a jóvenes de la bahía de Portmany. Junto con la droga aprehendida, se requisaron sustancias de corte, balanzas de precisión y envoltorios típicos para la distribución de dosis, así como tres televisores de plasma y una pistola de aire comprimido.
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