El Royal Enterprise, yate de 32 metros de eslora, bandera estadounidense y con cinco tripulantes a bordo, acabó en las rocas de ses Bassetes junto al puerto de la Savina a las ocho y media de la mañana de ayer después de que se rompiera la cadena del ancla a consecuencia del temporal de poniente que se produjo de madrugada.
No hubo heridos. La tripulación que estaba formada por cinco personas, cuatro de ellas de nacionalidad turca, y una única mujer de origen filipino, que fueron rescatadas por la Guardia Civil y Salvamento Marítimo. Inicialmente evacuaron a cuatro de ellos, tres en perfecto estado de salud, y un cuarto que había estado maniobrando con una zodiac auxiliar junto al barco que acabaría presentado signos de hipotermia por su contacto con el agua, aunque rechazó acudir al Hospital de Formentera, mientras que el capitán de la embarcación se negaba a abandonar el barco. La Guardia Civil informó de que se iba a obligar al capitán al abandono del barco por el riesgo de que la embarcación, que presentaba una escora de hasta 20º a babor, acabara volcando.
Según el tripulante Hasan Kastez, de 25 años, llevaban tres días en la zona y en la madrugada se despertaron alrededor de las seis de la mañana constatando el empeoramiento del tiempo y poco después se enfrentaron a un grave problema, el ancla se había roto. Durante cerca de dos hora intentaron sacar la embarcación del punto de fondeo, en es Racó de s'Oli junto a ses Bassetes, pero entre viento y oleaje les resultó imposible evitar que poco después de las ocho de la mañana la embarcación acabara sobre las rocas a escasos 150 metros de la bocana de s'Estany des Peix en su lado oeste.
Durante el accidente se produjo un vertido que obligó a activar el Plan Especial de Contingencia por Contaminación Accidental de Aguas Marinas, ya que la vía de agua que se produjo al quedar encallada la embarcación en la parte oeste y exterior de la bocana de s'Estany des Peix, propició una fuga de gasoil del cual en ese momento había aproximadamente una tonelada en los depósitos de la embarcación. Poco antes de la una y media se había conseguido colocar dos barreras, una de contención en las inmediaciones de la bocana, por si el viento cambiaba de dirección, y otra absorbente alrededor de la embarcación encallada para a sobre el combustible y minimizar los daños pese a que en contacto con el aire el gasoil se evapora con facilidad.
Los evacuados son Marilin Veyra, filipina de 31 años, Mustafa Yigit, de 43 años, Orkan Tuncay, de 27, y Hasan Kastez, de 25, que, temblando de frío, intentando tomar un café con leche y protegido por una cazadora que le había proporcionado un miembro de la Benemérita, explicó la imposibilidad de sacar la embarcación del lugar en el que se encontraba debido al fuerte oleaje, un viento de costado y los problemas para maniobrar cuando aún era de noche y sin apenas visibilidad.

«Estaba fondeado sobre la pradera de posidonia»
Manu San Félix, biólogo de Formentera, dijo que el lunes vio que el Royal Enterprise «estaba fondeado sobre pradera de posidonia y me pareció un caso de libro». Ayer señaló que este tipo de fondeos «son una doble trampa, mortal para la posidonia y en muchos casos para las embarcaciones ya que la posidonia no tiene buena sustentación para las anclas que al arrancarla van disminuyendo el agarre hasta que al final las embarcaciones quedan a la deriva».