Dos hombres de nacionalidad marroquí aceptaron ayer ante la juez del Juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, Martina Rodríguez, la pena de un año de cárcel y 3.000 euros de multa para cada uno de ellos por un presunto delito de tráfico de drogas.
Ambos admitieron la acusación del Ministerio Público, que señala que el 3 de septiembre de 2008 circulaban en un turismo cerca de Sant Rafel y cuando vieron a un patrulla de la Guardia Civil realizaron una maniobra extraña que llevó a los agentes a perseguirles por la carretera de Santa Agnès.
Los agentes vieron cómo los marroquíes arrojaban por la ventanilla un paquete que, una vez buscado y encontrado, se descubrió que contenía diez tabletas de hachís que en total pesaban 900 gramos.
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