La ausencia de varios testigos motivó que tuviera que suspenderse ayer un juicio en el que tres personas deben responder de la supuesta sustracción de 54.000 euros que, según la denunciante, había guardados en un armario de un restaurante de Cala Llonga donde se guardaba la recaudación de 2004. El fiscal pidió en su día el sobreseimiento de la causa al no encontrar pruebas suficientes para acusar mientras que los afectados piden 18 meses de cárcel.
Dos empleados de este establecimiento, entre ellos el cocinero, y una tercera persona deben sentarse en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa después de que el caso en principio no tuviera visos de resolverse.
Un tiempo después de que se presentara la denuncia, un testimonio de una persona que dijo tener datos sobre lo sucedido reactivó la investigación al apuntar directamente contra las personas que han sido citadas a comparecer en el juicio por este caso.
Algunas fuentes señalaron que, al parecer, muchas personas, incluidos repartidores, clientes y empleados, conocían el emplazamiento de la caja donde estaba el dinero y que ésta, además, estaba junto al bote de las propinas.
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