Los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial no tuvieron ni que escuchar los testimonios de los acusados. Todos ellos, los seis, reconocieron como cierta la tesis del Ministerio Público, que les imputa un delito de tráfico de drogas por el que pedía 12 años de prisión para J.M.G.P., uno de los responsables del bar de Platja d'en Bossa en el que se realizaban las ventas de droga, el Manoa, y nueve años para otros cinco acusados, D.V., A.P., M.D., A.S. y D.S.I.B. El primero era otro encargado del local y los otros cuatro, relaciones públicas.

Tras las negociaciones entre los abogados y el Ministerio Público, las penas se quedaron en cinco años y medio para J.M.G.P. y tres para los otros cinco acusados. Durante la investigación, realizada por los agentes del Grupo Especial contra el Crimen Organizado (Greco), se llegó a la conclusión de que el propietario del local no sabía que en su bar se estaba traficando con drogas, por lo que no fue imputado.

A todos los acusados se les ha apreciado el atenuante de toxicomanía a la cocaína. Por este motivo, se prevé que sólo el primero tendrá que ingresar en prisión, señalaron fuentes judiciales, ya su pena supera los cinco años de cárcel.

Además, se eliminó el agravante que supone el hecho de realizar la venta de droga en un establecimiento público, ya que en el nuevo Código Penal, que entrará en vigor en breve, este capítulo se pena con menor rigor que el actual y por lo tanto una sentencia ceñida al actual podría ser recurrida en un futuro muy próximo, explicaron fuentes judiciales.

La operación policial comenzó a raíz de los numerosos casos de intoxicación por cocaína y éxtasis que fueron atendidos en las inmediaciones del bar.

La operación se cerró el 20 de agosto de 2008, cuando los agentes entraron con órdenes de registro en el local, en un almacén de este bar y en un piso de la calle Mediterráneo.

El operativo, sin embargo, se puso en marcha en el mismo momento en el que se detectó cómo uno de los acusados llevó a cabo una venta a un cliente al que entregó ocho comprimidos de éxtasis y un gramo de cristal.

Los registros posteriores se saldaron con la intervención de 800 pastillas de éxtasis, 400 dosis de cristal, 160 gramos de cocaína en roca y un kilo y medio de hachís. En el almacén del Manoa, además, se decomisaron tres sobres con 3.099 euros, dinero que se supone procedente de la investigación de la droga. Los relaciones públicas estaban acusados de captar los clientes.