El fiscal pide ocho años de cárcel para un marroquí que el 18 de abril asestó una puñalada de 20 centímetros de longitud al cliente de un bar del que había sido echado. Su víctima ni siquiera era española. Fue un carpintero rumano que con otros compatriotas y otros trabajadores españoles descansaban en la barra del bar del que había sido echado el acusado.
Cuarenta minutos después de fuera echado del establecimiento por increpar a los clientes, exigir borracho copas y buscar pelea al grito de: «España es una mierda, sois unos hijos de puta, vamos a quedar a las seis de la tarde para saldar cuentas», regresó. Huyó tras malherir con un cuchillo de grandes dimensiones a una de las personas a las que atacó. La policía lo apresó al rato en casa de un familiar.
Karym E.F., de 31 años, llegó una hora antes de lo que había anunciado. Según el escrito fiscal, el sospechoso, que responderá pasado mañana ante la Audiencia Provincial de un presunto delito de homicidio en tentativa por el que se piden 8 años de cárcel y 9.000 euros de indemnización, se presentó en el citado bar sobre las cinco de la tarde del 18 de abril del año pasado con un cuchillo de medio metro de longitud envuelto en un papel. Volvió a la carga con sus insultos y sus provocaciones.
Se dirigió a dos de los clientes, entre ellos la víctima, y les espetó: «Tú y tú, vamos fuera a hablar». Ni siquiera esperó. Alzó el arma que portaba y atacó a ambos clientes. El carpintero recibió una cuchillada de siete centímetros de profundidad y 20 de longitud en la región lumbar.
Lejos de darse por satisfecho, Karym E.F. se encaró con otra de las personas que había en el establecimiento. El escrito fiscal recoge que se dirigió a otra personas y con el cuchillo manchado de sangre le gritó. «Ven aquí tú también». La que pudo ser su segunda víctima de la tarde evitó la agresión tras zafarse del acusado y salir corriendo. Karym E.F. lo persiguió pero, en esta ocasión, su oponente logró ser más rápido.
En un árbol
El acusado huyó mientras que el herido, sangrando abundantemente,se dirigió al exterior esperando la llegada de una ambulancia. Varios testigos explicaron que, resignado, se apoyó sobre un árbol a pocos metros del bar. La ambulancia llegó a tiempo. El apuñalado tardó en curar 34 días, ocho de ellos hospitalizado.
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