Los dos ibicencos de la red que pretendía introducir en la Isla 814 kilos de cocaína ocultos en un camión del rally Dakar quedaron en libertad provisional tras depositar en el juzgado una fianza de 8.000 euros, una cantidad mínima con respecto a los 27 millones en los que ha sido valorado el alijo intervenido por la policía.
Las circunstancias por las que no se acordó directamente el ingreso en prisión de ambos sin derecho a fianza son una incógnita, así como si el fiscal llegó a pedir una fianza más elevada.
Desde Eivissa
La investigación que motivó la detención del supuesto hombre de la organización en la isla, J.G.R., de 47 años, y del especialista ibicenco de 50 que supuestamente practicó los 32 dobles fondos donde se ocultó la droga, A.M.R. está comandada desde le juzgado de Instrucción número 3 de Eivissa, lugar donde se dictó el secreto de sumario que ha protegido las actuaciones hasta la fecha.
El juez, como ya si informó, resolvió el pasado viernes que ambos sospechosos entraran en la cárcel si no hacían frente a una fianza de 8.000 euros, suma que fue pagada en cuestión de horas. La libertad de ambos, sin embargo, es provisional y no se descarta que ésta pueda variar si la magistrada titular del caso ordena, ante nuevos datos, endurecer las medidas cautelares que se hayan adoptado.
Según la información recogida por este periódico, J.G.R. y A.M.R. residían en Vila y no tenían una ocupación laboral estable aunque se les relaciona con el sector de la construcción. Sin embargo, pese a su supuesta relación con una red que movía ingentes cantidades de cocaína, llevaban una vida discreta y no hacían gala de un tren de gastos altos o lujos caros. A.M.R., al parecer, llegó a explotar en su día una herrería que aún sigue funcionando con otros dueños.
La investigación del GRECO de Eivissa situó a ambos individuos directamente relacionados con T.M.B.T., el presunto jefe de la red. Todos ellos, junto con los otros cuatro detenidos en esta fase de la operación, tras llegar el camión con la cocaína a Bilbao, viajaron a Argentina para preparar el envío del alijo.
T.M.B.T., como ya informó ayer este diario, pasaba al menos la mitad del año en Eivissa para supervisar las operaciones de narcotráfico que han motivado su arresto. En Barcelona también contaba con un piso de seguridad. Sus «gestiones» eran cuidadas y tomaba todo tipo de precauciones a la hora de mover ficha. Es más, variaba continuamente de domicilio en la isla y hubo ocasiones, en el tiempo en el que fue investigado, en las que cambió hasta dos veces de domicilio en un mes.
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