IBIZA ALIJO 2400 KILOS COCAINA SANT ANTONI CATAMARAN TATIBAT | Alejandro Sepúlveda

La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha rechazado el recurso interpuesto por los responsables del mayor alijo de cocaína decomisado jamás en Balears, 2.112,43 kilogramos, y ha ratificado las condenas impuestas por la Sección Primera de la Audiencia Nacional.

Los seis responsables de este alijo, interceptado por una patrullera de la Guardia Civil en aguas cercanas a Sant Antoni el 23 de septiembre de 2006 y que, según el Supremo habría alcanzado en el mercado negro un valor de más de 55 millones de euros, fueron condenados a penas que oscilan entre los nueve años y medio y los diez y medio. Los investigadores piensan que el destino de la droga era la Península y que Eivissa tan sólo iba a ser una escala.

El abordaje

En el barco navegaban tres de los seis condenados, todos ellos de países del este de Europa, principalmente de Bulgaria y Croacia. Dos más les acompañaban en una lancha semirrígida y el último fue detenido después a raíz de las investigaciones derivadas del gran decomiso de cocaína. La droga viajaba en un catamarán de bandera británica bautizado con el nombre de «Tatibat». Para hacer el seguimiento y la localización de la embarcación se contó con el refuerzo de medios aéreos.

La patrullera de la Guardia Civil localizó al el barco siguiendo información de una agencia policial de Estados Unidos. Los agentes, recuerda la sentencia del Supremo, se aproximaron al catamarán, solicitaron acceder para ejercer derecho de visita y, una vez en la cubierta, observaron que en el salón o puente de mando había numerosos fardos de gran volumen, por lo que decidieron detener a los tripulantes y remolcar la embarcación a Sant Antoni.

El catamarán permaneció durante varios años amarrado en el puerto deportivo de Sant Antoni.

Dos de los 'narcos' huyeron en una lancha

Tres de los condenados viajaban en el catamarán con los fardos de cocaína y otros dos les seguían de cerca en una lancha semirrígida de diez metros de eslora. Cuando vieron que la Guardia Civil les reclamaba, los dos tripulantes de la lancha emprendieron la huida gracias a sus dos potentes motores, pero fueron interceptados cuando llegaban a las Islas Columbretes, en Castellón. Antes de que les pudieran detener, dieron fuego a la lancha y se lanzaron al agua.