J. JIMÉNEZ

La investigación policial ha concluido que la muerte del albañil que apareció con un golpe en la cabeza y cubierto de sangre, en un hostal de la localidad mallorquina de Peguera, fue accidental.

El hombre, de 42 años, estaba tendido en el aseo, encajado entre la bañera y el aseo, y sobre un gran charco de sangre. La autopsia ha desvelado que su estado de salud era muy precario y que padecía diabetes. Todo indica que se sintió indispuesto y que se cayó en el baño, golpeándose en la cabeza.