EFE - MADRID

La Audiencia Provincial de Madrid condenó ayer al soldado Josué Estébanez a 26 años de cárcel por la muerte en 2007 del joven antifascista Carlos Palomino en un vagón de Metro de la estación de Legazpi de Madrid, al considerarle autor del asesinato con la agravante de «discriminación ideológica». La sentencia impone a Estébanez 19 años de prisión por el asesinato de Carlos Javier Palomino y siete años más por un delito de homicidio en grado de tentativa por la agresión a otro joven que intentó quitarle la navaja con la que apuñaló a la víctima.

«Las extremas discrepancias de pensamiento constituyeron el móvil que guió la agresión de Josué contra Carlos Javier», explica la sentencia para aplicar la agravante de discriminación ideológica. El tribunal declara probado que el día 11 de noviembre de 2007 Josué Estébanez se dirigía a una manifestación convocada por el grupo de extrema derecha Democracia Nacional, portando una navaja de al menos siete centímetros de hoja.

Al llegar a la estación de Legazpi, el acusado observó que en el andén esperaba un grupo de unos cien jóvenes, que identificó como «antifascistas», quienes iban a tratar de «boicotear» la referida manifestación.

Navaja y bostezo

Antes de que el tren se detuviese, Josué Estébanez «sacó su navaja al tiempo que bostezaba», se situó junto a una de las puertas del vagón, ocultando la navaja abierta en el antebrazo y esperando a que entrasen los jóvenes «para agredir a cualquiera de ellos». Allí estaba el menor Carlos Javier Palomino, quien al percatarse de la estética «skin neonazi» de Josué le preguntó sobre su sudadera de una marca (Three-Stroke) usada habitualmente por personas de dicha ideología, ante lo que el acusado inmediatamente le asestó una fuerte puñalada en el tórax, que le produjo la muerte poco después.