Conforme se acerca la temporada el «miedo» de los vecinos de Cala d’Hort se va acentuando cada día debido a la masificación. | Irene Arango

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Conforme se acerca la temporada turística el «miedo» de los vecinos de Cala d’Hort se va acentuando cada día debido a la masificación, especialmente al observar la «inacción» de las administraciones públicas a la hora de controlar la afluencia de gente que se produce cada verano en un espacio protegido como es el mirador de es Vedrà. Debido a esta situación, los 25 afectados y sus familias – dueños de los terrenos y los propios residentes de la zona – llevan años reclamando al Ayuntamiento de Sant Josep la regulación de los accesos mediante un aparcamiento legal, así como la adecuación de un camino seguro habilitado en la zona de dominio público terrestre que vaya desde la playa, con el objetivo de controlar la afluencia de gente.

No obstante, estas medidas políticas siguen sin aplicarse y los afectados están desesperados ante esta situación «insostenible», que ha obligado a los propietarios de los terrenos a cerrar los diferentes accesos al mirador con grandes piedras para evitar la entrada de vehículos y peatones. Esta iniciativa por parte de los dueños estuvo acompañada de una carta de desesperación enviada por vecinos de Cala d’Hort, quienes relataron algunas historias traumáticas sufridas en estos últimos años por culpa de la conducta de algunos turistas que visitaron este enclave para disfrutar del atardecer. En este sentido, una residente explicó en su misiva que ha llegado a contabilizar hasta 100 vehículos estacionados en su zona, incluso llegó a ver coches aparcados en el patio de su casa.

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«Me asomé por la ventana y les dije que aquí no se podía estacionar y, como resultado, nos lanzaron piedras contra la vivienda y nos insultaron, amenazándonos en todos los idiomas posibles», destacó, resaltando el «miedo turístico» que padecen los propietarios y vecinos de esta zona durante el verano, pero también en los meses fuera de temporada. «Es muy peligroso para nosotros volver a casa en coche por la noche. Una vez un grupo de hombres empezó a golpear mi vehículo, provocando abolladuras en la parte trasera; me asusté mucho», lamentó esta residente, haciendo hincapié en que los afectados intentan estar dentro de sus viviendas antes de las 19.00 horas para no tener que vivir las consecuencias de esta masificación turística en la zona.

Señaló que, durante un verano, se encontró con el acceso habilitado para los residentes bloqueado. Al no poder entrar, indicó, llamó a la Policía Local para denunciar este estacionamiento ilegal, pero, según precisó esta mujer, los agentes «no actuaron ante este aviso». También lamentó, además de vivir todas estas vivencias negativas, que una noche, cuando ya estaba en la cama, escuchó un «chapoteo» por la ventana y, al asomarse, observó a una persona orinando contra la pared de su casa. «Me quedé horrorizada», puntualizó esta vecina en la carta, denunciando que «al Ayuntamiento le importa más el dinero ganado con los turistas que los problemas de los vecinos».

En esta misma línea, también criticó cómo las administraciones llevan años promocionando este enclave como reclamo turístico, resaltando en dichos anuncios promocionales que «nadie debe perderse una puesta de sol en es Vedrà». Asimismo, y como consecuencia de esta afluencia de gente, los afectados también están preocupados por la posibilidad de que ocurra una emergencia y una ambulancia no pueda acceder a la zona porque los caminos están bloqueados por los vehículos mal estacionados. «Hemos llamado muchas veces a los agentes para informar de esta situación, y nos dijeron que anotar las matrículas de todos los coches mal aparcados conlleva mucho trabajo», añadieron los residentes, mientras exigían un servicio de transporte como el que se habilitó en Benirràs o en Cala Salada.