Un joven conductor británico se enfrenta a una pena de dos años de prisión por, supuestamente, causar un accidente de tráfico el 23 julio de 2005 en la carretera de ses Salines en el que un motorista sufrió heridas que le han dejado secuelas de por vida. Además, el británico, Nigel B., que se encontraba en la isla para intentar comercializar un tipo de bebida, dio positivo en la prueba de alcoholemia a la que fue sometido por la Guardia Civil de Tráfico.
En el primer test dio 0,91 miligramos por litro de alcohol espirado y 0,87 en el segundo. Los dos años de prisión que solicita el Ministerio Público son por la concurrencia de un delito contra la seguridad del tráfico y otro de lesiones.
El motorista sufrió varias lesiones, la más grave en el hombro, que le ha dejado imposibilitado para realizar lo que él considera la parte más importante y lucrativa de su trabajo: subirse a mástiles y palos para reparar velas, una labor que según este hombre sólo él realizaba en la isla y que hoy, más de cuatro años después, ya nadie efectúa. Por las lesiones sufridas y los limitaciones laborales que le han acarreado la acusación particular solicita en total una indemnización que supera los 220.000 euros. En cambio el Ministerio Público considera que la indemnización que debe percibir la víctima debe ser menor, en concreto unos 106.000.
Por su parte, la defensa considera que el británico tan sólo debería ser condenado por una falta, lo que no sería motivo para que el motorista no recibiera la indemnización. El juicio lo dejó ayer visto para sentencia la juez del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez de Arellano.
El accidente se produjo a las once de la mañana en las inmediaciones del DC-10, en la carretera de ses Salines. El Seat Alhambra de alquiler que conducía Nigel B. y la moto circulaban en dirección a Eivissa. El Seat adelantó a un Mercedes que iba delante de él y cuando se fue a incorporar de nuevo a su derecha golpeó a la moto, según el atestado de la Guardia Civil. En el coche había marcas del espejo retrovisor y de la maleta de la moto, según Tráfico.
El británico abandonó la escena, pero regresó. Dio la vuelta en la rotonda. Al parecer un testigo le recriminó su presunta acción evasiva.
La grave lesión en el hombro del motorista no tiene solución. Pese a que durante once meses hizo rehabilitación tres o cuatro horas diarias, el hombre ya nunca más podrá realizar «la parte lucrativa de su trabajo», que precisaba subir al velamen de los barcos, lo que también le ha generado depresión.
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