Giorgi Borisov confesó ayer ante la Guardia Civil que mató a su mujer, Snezhana Blagoeva, estrangulándola con sus propias manos. El búlgaro será puesto hoy por la mañana a disposición judicial, en Manacor.
El acusado del crimen de Santanyí pasó ayer su primera noche en los calabozos de la Guardia Civil y fue interrogado por los expertos del Grupo de Homicidios. Giorgi admitió que últimamente vivía atormentado por la idea de que su mujer podía hacerle daño a su hijo pequeño, de dos años y medio. El hombre, tal y como adelantó ayer Ultima Hora, llevaba al menos cinco años en tratamiento por una fuerte depresión y padecía trastornos mentales.
Cuando llegó a España, hace unos siete años, parece ser que nadie -y mucho menos las autoridades- detectó que su capacidad mental estaba trastornada y que podía ser peligroso sino se medicaba con frecuencia.
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