La titular del juzgado de lo Penal número 2 de Eivissa, la juez Martina Rodríguez, dejó ayer vista para sentencia una causa abierta contra un residente subsahariano de Eivissa que fue denunciado por su mujer después de que ésta supuestamente fuera víctima de golpes en los glúteos y en los brazos cuando ambos discutían sobre si se estaba prostituyendo o no. La pareja llevaba un mes casada tras cinco meses de relación.
La juez anuló el testimonio de la víctima, con el que se ratificaba la denuncia, después de que en pleno juicio se descubriera la situación civil de la mujer y se le informara de que la ley le dispensaba de decir cualquier cosa que perjudicara a su marido. Durante la declaración anulada, después de que la mujer manifestara su deseo de que sus palabras anteriores no fueran válidas, señaló no tener ningún temor a su esposo, de religión musulmana como ella, y se deseo de reanudar la convivencia con él. Pese a todo, el fiscal mantuvo su petición de que el acusado fuera condenado a 70 días de trabajo para la comunidad.
Otro caso
El fiscal también reclamó otros 80 días de trabajo para la comunidad para otro vecino brasileño, domiciliado en la calle Cabrera, sospechoso de maltratar a su mujer a y su hija, de 14 años. Tanto la denunciante como la menor optaron por su derecho a no prestar declaración.
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