Tras recibir el resultado de la autopsia, el juez del Juzgado de Instrucción número 1, Juan Carlos Torres, decretó el secreto del sumario sobre el caso. Por su parte, desde el Cuerpo Nacional de Policía señalaron que no se descarta ninguna hipótesis en cuanto a la muerte del joven que anteayer por la mañana fue encontrado, ya sin vida, en la calle Alfonso XII, en sa Penya. El fallecido es un joven indigente de nacionalidad francesa, J.B., que hasta hace algo menos de dos meses vivía como okupa en el edificio de la Comandancia. Por el momento no hay detenidos. «Aún es pronto», señalaron fuentes policiales.

El cadáver de J.B. fue encontrado a las nueve de la mañana. Tenía al menos un fuerte golpe en la cabeza. La autopsia ha confirmado que la muerte fue violenta, pero no ha podido revelar cómo se ejerció ésta. Aunque es posible que el fallecimiento se produjera al caer por las escaleras que desembocan en Alfonso XII o por un pequeño desnivel que también da a esta calle, el juez ha ordenado el secreto del sumario ante las sospechas de que haya podido ser asesinado.

El joven no tenía nada en sus bolsillos, ni siquiera documentación, por lo que se tardaron casi 24 horas en averiguar su identidad. Esto hace sospechar que podría haber sido robado, ya que es muy posible que J.B. acudiera al barrio de sa Penya a comprar droga, por lo que sería lógico haber hallado o dinero o algún tipo de sustancia estupefaciente en sus ropas. Según el propietario de un local de la zona, es habitual ver a compradores de droga subir y bajar estas escaleras. «Es algo muy normal, lo de siempre, y algún día tenía que ocurrir algo», valoró.

Por su parte, un compañero okupa que compartió el edificio de la Comandancia con el fallecido señaló que J.B. residió allí durante unos cinco meses y que después, hace algo más de un mes y medio, se marchó. Ninguno de sus ex compañeros de la Comandancia sabe dónde vivió después.

Uno de ellos recuerda a J.B. como alguien que «bebía mucho alcohol» y que en ocasiones, en estado de ebriedad, sufría accesos de cólera. Según este hombre, el francés no consumía heroína, aunque sí cocaína.

Toxicología

Para conocer si J.B. se encontraba drogado en el momento de su muerte o si falleció por una sobredosis o por haber consumido sustancias estupefacientes en mal estado habrá que esperar varios meses a que los juzgados de Eivissa reciban las pruebas de toxicología. Para ello desde la Clínica Forense de Eivissa han remitido a los laboratorios de Barcelona muestras de tejidos del fallecido.