Un Canadair lanza una descarga sobre la zona afectada por el incendio. Foto: MARCO TORRES

J. MIRANDA

Alrededor de catorce hectáreas de superficie forestal calcinadas, pero ningún percance personal ni ninguna vivienda afectada por las llamas, fue ayer el balance provisional del peligroso incendio declarado en Punta Xarraca, en el norte de la isla, el sábado a última hora de la tarde.

Después de una noche de intenso trabajo en una zona especialmente complicada por la densidad del arbolado, la orografía, la sequedad del terreno y la incomodidad de los accesos, sólo al clarear el día pudieron incorporarse a las tareas de extinción los medios aéreos, vitales para el control de las llamas. que habían tenido que abandonar los trabajos al oscurecer el día anterior. A los dos que tienen su base en Eivissa, un Air tractor y un helicóptero, se les sumaron el hidroavión Canadair con base en Pollença, otro Air tractor y otros dos helicópteros procedentes también de Mallorca que portaban, además, una brigada de operarios. Otro avión realizaba la coordinación desde el aire, que también servía para los equipos de tierra.

Miembros del Ibanat, pertenecientes a la Conselleria balear de Medi Ambient, bomberos del Consell, voluntarios de Protección Civil, Policía Local de Sant Joan, Guardia Civil y personal de la Direcció General d'Emergències del Govern balear, además de una ambulancia del 061 en prevención, se esforzaron por turnos para no dar tregua a la lucha contra el fuego. En el momento de mayor virulencia, entre la una y las tres de la madrugada, hasta 70 personas realizaban distintas tareas para detener el avance de las llamas, explicó el director técnico de Emergències en las Pitiüses, Pablo Gárriz, que relató que una de las preocupaciones era el comportamiento del viento, que si giraba a componente norte, como estaba previsto que haría entre las cuatro y las cinco, podía extenderse con rapidez hacia el interior. En aquel momento, aunque cambiante, había soplado del interior hacia el mar, lo que había acotado su área de actividad, pese a que en algunos puntos las llamas se saltaron los caminos y se tuvo que hacer un cortafuegos en una zona de viviendas próximas al frente de fuego. «Por suerte no cambió», exclamó Gárriz, que destacó el trabajo realizado por todos los participantes en el operativo «en una noche muy complicada, con un volumen de trabajo muy importante». Aún quedaba el seguir atacando los 'puntos calientes' y asegurar el perímetro afectado.

Riesgos

Por su parte, el conseller de Medi Ambient del Consell d'Eivissa, Albert Prats, coincidió en valorar el esfuerzo de todos los cuerpos implicados realizado, además, en unas condiciones «muy difíciles», con diversas lenguas de fuego y en un terreno abrupto. «La gente debería saber que, aparte de arriesgar el medio ambiente, también se pone en peligro la seguridad de muchas personas, por un lado las que trabajan en la extinción y por otro porque lamentablemente tenemos una población muy mezclada con el medio forestal», ambas posibles víctimas de las llamas. Por esta razón hizo un llamamiento a la ciudadanía para que extremen el cuidado cuando se encuentren en la naturaleza.

Aunque aún por confirmar en el informe oficial que elaboren los especialistas, se da por muy probable que el punto de inicio del incendio fuera en o junto al aparcamiento de la cala, que rápidamente se extendió a las proximidades y se descontroló. Por esta razón, el conseller insular de Medi Ambient, Albert Prats, hizo un llamamiento a los ciudadanos para que extremen el cuidado. «Puede ser que por negligencia o imprudencia un hecho así sea no sólo un grave perjuicio para el medio ambiente sino también un riesgo para las personas».

Prats también señaló que tan pronto como se pueda se realizará una inspección para determinar la importancia de los daños, aunque ya avanzó ayer que el lugar en el que se produjo el incendio, en pleno litoral, en contra de lo que se puede suponer porque esta circunstancia limitaba las posibilidades de propagación, es muy peligrosa porque la masa forestal actúa como compactadora del terreno y sin ella aumentan las posibilidades de erosión y, en su extremo, desertización. También porque puede haber alterado la lámina de aguas. «Mañana [por hoy] evaluaremos qué impactos se han producido y qué se puede hacer», concluyó.

El conseller insular de Medi Ambient, Albert Prats, que se desplazó a las proximidades del incendio recordó la necesidad de que el Parc Insular de Bombers, del que es responsable, disponga de medios adecuados para garantizar el servicio. Así, recordó que durante las tareas de extinción se produjo una situación de alarma cuando se estropeó uno de los camiones autobomba y, además, se recibió el aviso de que había otro fuego en es Camí des Regueró, en Sant Antoni, al que finalmente no fue necesario acudir. Prats recordó que el Consell ha propuesto la creación de dos subparques de bomberos así como que los ayuntamientos, a quienes corresponde este servicio, se impliquen en una dotación adecuada de medios.