Ni quiso ser reconocida por el forense, ni quiso orden de alejamiento de su marido ni reconoció malos tratos anteriores. Todo ello pese a ser soprendida en su domicilio por la Policía Local de Eivissa con mechones de pelo arrancados, arañazos y sus ropas rasgadas.

La vecina de la avenida Isidoro Macabich que fue asistida en su casa por una patrulla después de que se informara de una violenta pelea negó en el juzgado ser víctima de cualquier agresión y justificó la pérdida de su pelo al «habérselo lavado» momentos antes de que irrumpieran los agentes. Ésto, entraron en el domicilio, después de que el propio cuñado de la afectada abriera la puerta, momento en el que los policías vieron cómo el acusado, un hombre de nacionalidad ecuatoriana de 48 años, presuntamente zarandeaba a su mujer.

Miedo

La denunciante dijo entonces que tenía miedo y que había sido maltratada en otras ocasiones, según consta en el atestado policial. Su testimonio cambió por completo una vez que la causa llegó al juzgado. Es más, afirmó que aquél día todos habían bebido mucho.