Los tres casos sentenciados por el mismo tribunal, la Audiencia Provincial, todos los acusados sin antecedentes, dirimidos según las mismas leyes, las españolas, que penan la venta pero no el consumo -por tanto tampoco la compra- y consideran la toxicomanía como un atenuante que sirve para evitar el ingreso en prisión en el caso de carecer de antecedentes, y por los mismos delitos: contra la salud pública en su modalidad de tráfico de drogas.

Los tres casos se ajustan a derecho, pero la sensación es de que algo falla: se puede ir a prisión por vender menos de un gramo de cocaína, pero también se puede evitar pese a ser detenido introduciendo en la isla tres kilos de la misma sustancia o tras ser cazado con más de dos toneladas de hachís en un barco de camino a puerto.

'La joven irlandesa Sarah J.E. acaba de ser condenada a tres años de prisión por vender por 50 euros 0,792 gramos de cocaína de una pureza del 45%, lo que equivale a 0,356 gramos, según los baremos judiciales. Ya está en la prisión de Eivissa y cumplirá al menos dos años, ya que el tercero se le podría conmutar por buena conducta. Asegura que no vende drogas, sino que dos amigos insistieron tanto en que querían cocaína que ella acabó entregándoles lo suyo, lo que acababa de comprar para ella a cambio de lo mismo que había pagado: 50 euros. Dos policía locales de Sant Antoni lo vieron y comenzó su calvario. Era el 14 de julio de 2004 La sentencia que la condena es de 10 de junio de 2009. Asegura su versión que no es consumidora habitual, que tan sólo lo hace ocasionalmente, y paradógicamente éste fue su problema, porque al no declararse toxicómana tendrá que cumplir la pena. Si tuviera problemas con las drogas, estaría libre.

Perfecto C.Ll. fue acusado de embarcar con tres kilos de cocaína rumbo a Eivissa. Fue detenido en el puerto de Sant Antoni. Explicó en el juicio que la droga era para entregársela a su vendedor habitual para poder seguir comprándole, que se había quedado sin existencias, y, a diferencia de la joven irlandesa, este ex delegado en la isla de Baleària de edad madura alegó un gravísimo problema de toxicomanía. Fue condenado a siete años de prisión, pero no tendrá que ingresar, sino que deberá seguir un programa para intentar salir de la cocaína.

Hachís

A.T.T. y J.R.R. fueron arrestados en junio de 2008. Llevaban en una barca nada menos que 2.100 kilos de hachís. Sería difícil hacer creer que era para consumo propio. El juicio fue anteayer y fiscal y defensas llegaron a un acuerdo. Tres años y medio para el primero, que alegó toxicomanía -que deberá acreditar- y que por tanto no ingresará en prisión, y cuatro años para el segundo, que no empleó esta baza y que, en consecuencia, todo indica que irá a la cárcel.