La embarcación, una lancha de recreo de ocho metros de eslora y dos motores de 80 caballos de potencia, partió de Marruecos y, según confirmaron ayer fuentes de la investigación, tenía como destino Eivissa. Tenían previsto almacenar la droga en la isla para luego distribuirla a otros puntos, concretaron las fuentes. La operación fue realizada por agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) de Eivissa, Cartagena y Alicante.
Un helicóptero del SVA persiguió a la lancha y se piensa que, al advertir los dos tripulantes de la misma que estaban siendo seguidos, decidieron cambiar de rumbo, de forma que acabaron en el puerto de Jávea.
Allí agentes del SVA y de la Guardia Civil detuvieron a los dos tripulantes, un británico y un irlandés, y decomisaron la droga que había a bordo, unos 620 kilogramos de hachís, según las fuentes.
En los bajos
El momento de la detención fue sobre las diez de la noche del pasado lunes. A esa hora numerosas personas cenaban en los restaurantes del puerto y, según informó la prensa local, vieron cómo la lancha entraba por el canal del puerto y cómo los agentes antidroga detenían a los dos sospechosos. Los detenidos no cuentan con residencia en la isla y tan sólo pensaban utilizarla como almacén para comenzar la distribución, una forma de actuar que ya se ha detectado en otras ocasiones.
Esta vez se trató de una gran planeadora, sino de una lancha de recreo que llevaba la droga oculta en los bajos de la embaración, distribuida en fardos de unos 30 kilogramos.
El SVA de Eivissa continúan con las investigaciones sobre los tripulantes de la planeadora que fue hallada en Cala Salada el pasado 29 de abril. Los agentes no tienen duda de que se trata de una embarcación usada para el transporte de droga, pero en su interior no encontraron ni tripulantes ni sustancias estupefacientes. Por el momento no hay pistas sobre sus tripulantes.
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