AGENCIAS/PARÍS

Francia busca desde la mañana de ayer el avión de la compañía Air France que cubría la ruta Río de Janeiro-París y que desapareció de madrugada, al parecer, en medio de una tormenta que le hizo caer al océano Atlántico.

Un total de 228 personas, entre pasajeros y tripulación, viajaban en el vuelo AF447 de la compañía francesa, que, de confirmarse, ha sufrido el accidente más grave de su historia en circunstancias aún desconocidas.

El avión debía haber llegado a París pasadas las 11 de la mañana hora local (09.00 GMT), pero desde hacía varias horas se había perdido el contacto con el aparato.

La mayoría de los pasajeros del vuelo que debía aterrizar en el aeropuerto de Roissy-Charles de Gaulle eran brasileños, seguidos de franceses y alemanes, con hasta un total de ocho nacionalidades.

Entre ellos hay también dos ciudadanos españoles. El primero de ellos fue identificado por el Gobierno en Madrid como Andrés Suárez Montes, un ingeniero de Sevilla del que se sabía que tenía billete para ese vuelo. Aunque las circunstancias de la desaparición del aparato no están confirmadas, Air France hizo un relato de las horas siguientes a su despegue del aeropuerto de Río de Janeiro (a las 19.00 hora de Brasil, 22.00 GMT) en el que se comprueba que el aparato atravesó una zona de tormentas y turbulencias fuertes que pudieron afectar a sus circuitos eléctricos. La segunda ciudadana española corresponde a una mujer catalana. El avión perdió el contacto con los controladores aéreos de Brasil y ni los de Senegal ni los de España y luego los de Francia -países desde los que se debería haber seguido la ruta del aparato- pudieron restablecer la comunicación con él. En el aeropuerto parisino se creó desde primeras horas de ayer una célula especial de crisis para asistir a los familiares de los pasajeros y allí acudieron responsables de la compañía y del Gobierno y el Estado francés.

Después de encontrarse con los familiares que esperaban noticias de sus allegados, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, declaró que las esperanzas de encontrar supervivientes del avión de Air France desaparecido son «muy débiles» y que se desconoce qué ocurrió con ese vuelo.

Expertos en control aéreo explicaron, impotentes, a los medios de comunicación franceses durante la jornada que la zona donde desapareció el avión es conocida por las inclemencias meteorológicas que los aparatos comerciales han de superar, pero que los pilotos están habituados a esas condiciones.

No obstante Sarkozy reconoció que «no hay ningún elemento concreto sobre lo que ocurrió» y señaló que ésta es «una catástrofe como nunca ha conocido la compañía Air France».

La empresa había admitido varias horas antes que efectivamente consideraba la desaparición del avión como una «catástrofe», aun sin poder precisar si fue un rayo -como dijo un portavoz de Air France- o alguna otra circunstancia la que hizo perder el rastro del avión.

Sarkozy explicó que Francia ha enviado a la zona «barcos y aviones», después de que se supiera que las autoridades galas habían pedido ayuda al Pentágono estadounidense. «Nuestros amigos españoles nos ayudan. Los brasileños nos ayudan mucho también», indicó.

«Hay que hacer todo lo posible para recuperar el máximo de los elementos del avión, un Airbus A330, para entender qué pasó», dijo Sarkozy, quien admitió que será «extremadamente difícil» la búsqueda de los restos del aparato «porque la zona es inmensa, cientos de kilómetros y, claro, este drama se produjo en plena noche encima del Atlántico».

Según el presidente, que estaba acompañado de varios ministros, «creímos que el avión estaba a unos 400 kilómetros de Brasil».