«Es cierto. Hice el tonto. Quise saltar una valla y la derribé. Ni siquiera pude hacerlo y me caí al suelo. Me revolví cuando vi que me agarraban, pero no es cierto que arrojara ninguna valla contra nadie». Este es el testimonio de un joven de Santa Eulària que fue juzgado ayer por delitos de atentados y daños tras acabar a golpes por la Policía Local el pasado 2 de mayo a la salida del concierto en el que actuó el grupo Efecto Mariposa.

El sospechoso, un chico de 19 años que se enfrenta a dos años de cárcel, echó la culpa de todo a «siete u ocho» copas de hierbas que, según él, le hicieron perder «por completo» el control. «Ni siquiera me acuerdo bien de cómo sucedió todo porque iba muy bebido y mi comportamiento cambió bastante», añadió. El fiscal pidió también para dicha persona una condena por daños, con una multa de 1.500 euros, y el pago de 150 euros por las lesiones ocasionadas.

El altercado que presuntamente ocasionó en las proximidades de la calle Sol y tuvo su continuidad en las dependencias del retén municipal. El Ayuntamiento, en su conjunto, ha presentando una factura de daños que supera los 1.300 euros, cantidad que el ministerio público reclamó también al acusado.

El sospechoso primero se enzarzó supuestamente a puñetazos y patadas con un policía que le recriminó de antemano su supuesto carácter violento cuando éste tiró de una patada una valla y luego lanzó otra contra el agente que intervenía, según la declaración del funcionario afectado.

Éste relató que se vio obligado a pedir refuerzos cuando la actitud «chulesca» del sospechoso pasó de los insultos a la agresión directa, comportamiento violento que aumentó en los calabozos cuando esposado se formalizaba su detención.

Al finalizar la vista oral, celebrada en el juzgado de lo Penal 2 de Eivissa, el acusado dijo que, tras caerse la valla, notó como un policía se le acercaba y le decía: «Javier, esta vez la has cagado» al tiempo que lo agarraba del brazo.

El agente, al respecto de este hecho, indicó que, pese a que conocía al acusado por «otros altercados en los que éste había estado» sólo le pidió que abandonara su actitud y que se fuera a su casa.