Dos personas fallecidas y otra en estado grave es el balance del accidente de tráfico más grave que ha tenido lugar este año en las Pitiüses. El siniestro tuvo lugar poco después de las tres de la tarde de ayer en la avenida de Sant Josep, junto a la parada de autobuses de Can'Escandell, junto al restaurante Astro. Un conductor, cuando el firme se hallaba mojado y embarrado por la lluvia caída durante la jornada, que se dirigía hacia la rotonda de Can Sifre perdió el control de su BMW y arrolló a dos personas que se encontraban en este lugar. El vehículo quedó convertido en un amasijo de hierros tras estrellarse contra un muro de hormigón sobre cuya parte superior quedó incrustada la carrocería. El único ocupante de este coche, Aurel S., un rumano de 34 años que vivía desde hace tres años en Eivissa, perdió la vida en el acto. Los bomberos rescataron su cadáver del interior de su coche. El 061 no pudo hacer nada para recuperar las constantes vitales de la segunda víctima, el ibicen+co de 45 años Juan Y.C., persona que junto con el marroquí Mohamed E.M., de 37 años, resultaron arrolladas por el automóvil. Mohamed E.M. era intervenido quirúrgicamente al cierre de esta edición en el hospital de Cabn Misses de la múltiples fracturas que presentaba. Fuentes sanitarias confirmaron que su estado era grave y que había que esperar las próximas horas para conocer su evolución.
La Policía Local de Eivissa ha abierto una investigación para aclarar las circunstancias del accidente, así como resolver si las dos personas que fueron atropelladas estaban paradas esperando el autobús o bien caminaban por la acera cuando el BMW del otro fallecido se les vino encima. En este sentido, los agentes de Atestados también hacen indagaciones para intentar conocer la velocidad en la que circulaba el automóvil cuando se salió de la carretera y si, en todo ello, pudo influir el mecanismo de propulsión trasera que suelen tener este tipo de coches.
Aurel S. trabajaba en una empresa de transporte. Sus compañeros, presentes en el lugar del siniestro, no daban crédito a lo sucedido. «No podía ir a excesiva velocidad. Era un hombre que no corría y sólo bebía agua. Estaba acostumbrado a maniobrar con camiones y era extremadamente prudente en todo lo que hacía», explicó uno de ellos.
Incredulidad
Sus propios compañeros valoraban la posibilidad de que el suelo mojado y la tracción trasera le jugaran una mala pasada. «El motor debió de hacerle un latigazo, porque si no, no se entiende», comentó uno de ellos.
Varios testigos explicaron que durante los primeros instantes se vivieron escenas de dolor, especialmente cuando llegaron al lugar del siniestro conocidos y familiares del conductor, entre ellos, al parecer, su pareja, con la que compartía un bebé de muy pocos meses de edad. Otro señaló que estaba comiendo en una mesa en el bar ubicado junto a la parada de autobús junto con otros comensales que había en el establecimiento cuando oyó un fuerte impacto. «Al asomarnos vimos el coche destrozado y una persona muerta», relató.
Otras dos personas han perdido la vida este año en Eivissa en accidente de circulación durante este año. La primera víctima de 2009 fue otro rumano. Conducía sin cinturón un coche que se estrelló contra un talud de la carretera de Sant Carles el 22 de marzo. El siguiente siniestro ocurrió en abril en el casco urbano de Santa Eulària cuando un motorista de 65 años se cayó al intentar esquivar a un peatón.
El conductor implicado en el siniestro había comprado su BMW hace ahora menos de un mes. Una conocida suya comentó que su vida había estado últimamente marcada por la tragedia. Afirmó que hacía poco había fallecido su padre y que aún tenía gran pesar por la muerte de un hijo en otro accidente ocurrido en Rumanía, siniestro en el que también pereció un amigo de éste. «Esto no ha sido justo para él», lamentó dicha persona en el lugar del accidente.
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