El polémico hotelero Fernando Ferré en noviembre de 2008 a la entrada de los juzgados de Eivissa.

El empresario hotelero Fernando Ferré ya tiene fecha para sentarse en el banquillo y responder de la supuesta explotación a inmigrantes que se le atribuyen desde que en febrero de 2006 la policía y la Inspección de Trabajo sorprendiera a más de 30 trabajadores ilegales en las obras de reforma de los hoteles San Remo y S'Estanyol, en Cala de Bou. La responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, la magistrada Clara Ramírez de Arellano, ha señalado tres días, dos en noviembre y uno en diciembre, para ver una causa que, en el caso de Ferré, incluye acusaciones de delitos contra los derechos de los trabajadores, amenazas y lesiones, entro otros, por los que la Fiscalía pide penas de hasta diez años de prisión.

Ferré compartirá el banquillo en esas fechas con otros dos hombres de nacionalidad española que presuntamente actuaban de lugartenientes suyos en las obras y con un marroquí sospechoso de encargarse de suministrar obreros a las empresas del Grupo Playa Sol.

La juez Ramírez ha establecido que todos ellos acudan a su presencia los días 19 y 24 de noviembre, así como el mismo 1 de diciembre, sesiones con las que se espera dejar vista una causa que reunirá a multitud de testigos.

La Inspección de Trabajo, los sindicatos y la propia policía investigaban desde hace años las supuestas irregularidades laborales con inmigrantes que había colocado en el punto de mira a Fernando Ferré. La redada en Cala de Bou fue el inicio de un largo proceso de investigación judicial que terminó desembocando en una acusación formal contra el empresario. Durante este tiempo algunos de los empleados declararon sobre la precariedad de sus contratos y las difíciles condiciones de vida que tenían que soportar desde que habían sido reclutados, alojados en las propias obras de los hoteles donde pasaban día y noche en maratonianas jornadas de trabajo. Entre estos testimonios se recogió los de que aseguraban que por cinco euros a la hora cubrían sus jornadas de trabajo, cantidad de la que, además, se le descontaban un tanto por ciento por la comida.

Detenido

El hotelero, que en su día estuvo detenido por esta causa evitando en un primero momento su arresto tras ser ingresado hospitalariamente por una supuesta dolencia cardiaca, tendrá también que declarar próximamente en otro proceso que se cierne contra él. La Fiscalía lo acusa ahora de estafar a Hacienda y de un presunto fraude también con inmigrantes después de que se hubie ran credo en Chequia empresas para traer a sus sociedades empleados de este país cuando supuestamente ya se hallaban en España, maniobra que, según los indicios del fiscal, le posibilitaban eludir pagos a la Seguridad Social.

Ferré, hasta la fecha, siempre se ha declarado inocente de las sospechas que se han vertido sobre él, mostrándose, al menos en sus declaraciones judiciales, como en un empresario que confiaba a terceros las contrataciones de sus empleados sin que él supiera nada de posibles irregularidades legales en los manejos de éstos.