Una vecina de Santa Eulària de nacionalidad rumana aseguró ayer que estaba siendo víctima de malos tratos desde hace cuatro años por parte de su marido, un hombre de la misma nacionalidad que ella y que ayer tuvo que sentarse en el banquillo después de que la denunciante, en un supuesto último capítulo de violencia, fuera pateada y golpeada luego con el cable de una plancha para el pelo. Todo ello, presuntamente delante de una niña de cinco años de edad. «Me dio una patada en el trasero y luego comenzó a atizarme con el cable en las piernas», aseguró la víctima.
El sospechoso, para quien el fiscal y la acusación particular piden nueve meses de cárcel, no sólo negó todo sino que, además, afirmó que lo único que hizo fue quitarle el electrodoméstico tras cogerlo del cable y «tirarlo a un rincón» cuando su esposa intentó agredirle con la plancha.
El origen de la disputa que motivó la detención del acusado, ocurrida sobre las ocho de la mañana del pasado 28 de abril, también es motivo de distintas versiones. La mujer afirmó ante la juez Clara Ramírez de Arellano, titular del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, que su marido la atacó cuando la vio llegar a casa y le preguntó que de dónde venía.
El sospechoso, por su parte, relató que la controversia entre ambos está en que la mujer se ha dejado convencer por su hermana para que se fuera a vivir con ella y con la niña.
El acusado explicó que tanto él como su mujer habían convenido, ante la falta de trabajo, de regresar a Rumanía para apuntar a su hija en una escuela de gimnasia profesional. «Se ha metido la hermana de ella y, pese a tener una cita en este club, no hemos podido viajar», dijo.
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