Voluntarios de Protección Civil durante una Diada que se celebró en Formentera.

Los voluntarios de Protección Civil de Balears se preparan ya para atender a personas con discapacidad en situaciones de emergencia, para realizar desfibrilaciones precoces, para la extinción de incendios urbanos y para evaluar los riesgos que existen en cada municipio de las Islas.

Todas estas cuestiones conforman la nueva oferta de cursos formativos que los 1.070 voluntarios operativos que existen en Balears han comenzado a recibir desde enero de este año y que se suman a los habituales de primeros auxilios, búsqueda en montaña, intervención en catástrofes y gestión de grupos.

En la actualidad, en Mallorca hay 34 agrupaciones de Protección Civil. En Menorca están operativas un total de siete. En Eivissa, cinco, y otra en Formentera.

Según informa la Conselleria d'Interior, departamento del que dependen estas organizaciones, a cada una de estas agrupaciones se les entrega un vehículo y el equipamiento necesario para que puedan realizar sus intervenciones.

Con el fin de ampliar el abanico de actuaciones y emergencias que actualmente atienden, la Conselleria ha ampliado los cursos formativos y, además de los básicos que se ofrecen a las nuevas agrupaciones y a los voluntarios recién incorporados, este año se ha optado por profundizar en temas más específicos.

Entre ellos destaca, según el departamento que dirige María Àngeles Leciñena, el de DESA (desfibrilación precoz) que servirá para desarrollar el decreto elaborado entre las consellerias de Interior y Salud y que permite el uso de material de asistencia en caso de parada cardíaca.

Los voluntarios que logren esta formación homologada podrán intervenir de manera precoz (en los primeros tres minutos), lo que se ha demostrado que disminuye los efectos y consecuencias de una parada cardíaca y evita numerosas muertes.

Completan esta formación especial el curso que permitirá a los voluntarios colaborar con los cuerpos de bomberos de las Islas en la extinción de pequeños incendios urbanos, así como el de catalogación de riesgos municipales, gracias al cual podrán contribuir en la elaboración de los mapas de riesgos de sus propias localidades.