EFE - BARCELONA

Los Mossos d'Esquadra detuvieron ayer a una farmacéutica por presuntamente suministrar silicona y anestésicos al hombre encarcelado por realizar operaciones de cirugía estética sin estar titulado y sin las condiciones higiénicas mínimas en el barrio del Raval de Barcelona. La mujer era la titular de una farmacia en el mismo barrio y pudo haber suministrado 300 botellas de silicona y varios anestésicos sin receta a Juan P.L., de 63 años, que ya tenía antecedentes similares.

La mujer, de nacionalidad española, fue citada a declarar hoy como testigo por los Mossos, aunque tras su declaración quedó detenida por un delito contra la salud pública y cooperación necesaria para cometer el delito, ya que la cantidad de productos suministrados es mucho más elevada del normal para una farmacia.

Finalmente, fue dejada en libertad y está a la espera de ser citada por el juzgado que lleva el caso. El falso cirujano operaba en un piso pequeño y sucio, donde convivía con tres perros, un gato y un loro. Realizaba operaciones de aumento de pecho o nalgas que costaban solo entre 250 y 500 euros, por lo que tenía clientes de toda España.

Riesgos

El procedimiento tenía importantes riesgos para la salud, ya que el detenido inyectaba a sus pacientes silicona líquida, no apta para usos inyectables, utilizando pistolas de uso veterinario.

En el domicilio no había ningún aparato para esterilizar a pesar de que las agujas que utilizan estas pistolas veterinarias son reutilizables, por lo que existían riesgos importantes de infecciones o transmisión de enfermedades contagiosas.

En el piso, donde no había ningún registro de las operaciones, se intervinieron botellas de silicona, anestesia local, pistolas de inyección veterinarias, agujas hipodérmicas, jeringuillas, antiinflamatorios, navajas, guantes, máscaras y alcohol, entre otros.