AGENCIAS - L´AQUILA

La tierra sigue temblando en Italia después de que un potente terremoto en el centro del país asolara la región de los Abruzos y acabara con la vida de más de doscientas personas, causara alrededor de mil heridos y dejara a la intemperie a unos 17.000 vecinos.

Dos réplicas menores, pero de intensidad considerable, 3,6 y 4,7 grados en la escala de Richter, volvieron a sembrar ayer el pánico entre los vecinos de L'Aquila, la capital de Los Abruzos, que siguen esperando a la intermperie que el suelo deje de moverse para volver a lo que resta de sus casas e intentar recuperar sus cosas.

La incertidumbre que sigue presente en L'Aquila, adonde el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, volvió a desplazarse hoy para comprobar de primera mano el estado de las cosas, dificulta unas tareas de desescombro que ya en la pasada noche se vieron afectadas por la lluvia que cayó sobre la capital de Los Abruzos.

Después de la jornada de ayer, en la que el baile de cifras de muertos fue constante, Berlusconi se apresuró este martes a ofrecer un balance oficial de víctimas en una rueda de prensa en L'Aquila: 207 muertos, de los que diecisiete aún están sin identificar.

De entre los escombros a los que ha quedado reducida la capital han sido rescatados con vida 150 personas, 15 están desaparecidas y alrededor de un millar se encuentran heridos. El joven español Juan Fernando González Cordón, que se encontraba desaparecido en la ciudad italiana de L'Aquila fue encontrado en un hospital de la zona en buen estado, con algunas heridas que no revisten gravedad. El resto de españoles que se encontraban en la zona afectada regresaron ayer en avión desde Italia.

Dada la excepcionalidad de la situación que vive la región central italiana, con un estado de emergencia decretado ayer por el Gobierno del país y con un suelo que no deja de temblar -de hecho lo viene haciendo desde hace unos meses-, el primer ministro aconsejó a la población que no regrese a sus casas todavía. «Son posibles otros temblores, por eso se da el mensaje a la población de no entrar en sus casas», dijo Berlusconi minutos después de que la tierra volviera a temblar en L'Aquila, el epicentro estos días de la tragedia humana que ha provocado el sismo de 5,8 grados en la escala de Richter.