Pasaba el tiempo entre su trabajo regentando un negocio hotelero en su pequeña localidad del noreste de Alemania, Ueckermünde, y sus frecuentes vacaciones en Mallorca. Peter Wünscher, de 66 años de edad, se había jubilado recientemente y había dejado el negocio de Alemania en manos de su hijo, que también iba en el velero, junto a dos amigos más de la edad del padre, el pasado domingo, cuando se produjo la tragedia.
Los especialistas de Salvamento Marítimo consideran que son «nulas» las posibilidades de que Peter W. se encuentre con vida. Cayó al agua sobre las diez de la mañana del pasado domingo y no llevaba puesto el chaleco salvavidas. La temperatura del mar en estos días, 14 grados, hace imposible pensar que aún pueda seguir con vida. Anteayer por la tarde Salvamento Marítimo dejó de buscar.
Los mayores esfuerzos en la búsqueda se realizaron el domingo por la mañana, cuando aún había posibilidades de encontrar al náufrago con vida. Dos patrulleras de Salvamento Marítimo, medios aéreos, un barco mercante y otro de pasajeros batieron la zona, pero sin resultados. Al día siguiente la búsqueda ya continuó sin medios aéreos.
Los alemanes alquilaron el velero, el 'Kelbo', de unos diez metros de eslora, en el puerto mallorquín de Andratx y pusieron rumbo a Eivissa sobre las ocho de la mañana. Sobre las diez, según declararon los tres supervivientes a la Guardia Civil, un golpe de viento arrojó a los cuatro a mar. El más joven, hijo del desaparecido, logró subir al barco y lanzar una escalera a sus compañeros. Dos de ellos consiguieron alcanzarla, pero Peter W. no y cuando los otros tres pudieron dar la vuelta al velero para comenzar a buscarle ya le habían perdido de vista. Desde entonces no se le ha vuelto a ver.
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