La Guardia Civil detuvo en el aeropuerto al acusado cuando éste llegó de un vuelo procedente de Italia.

Un italiano que fue detenido en el aeropuerto de Eivissa por la Guardia Civil el pasado mes de febrero después de que su ex pareja denunciara que éste viajaba a la isla presumiblemente para matarla ha resultado absuelto de los delitos de amenazas y quebrantamiento de condena por los que fue juzgado. Así lo ha determinado la juez Clara Ramírez de Arellano, titular del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, al considerar que no se había recogido prueba alguna o fundamento que demostrara que dichas amenazas fueran siquiera formuladas por el acusado.

La denunciante, una vecina de Santa Eulària de la misma nacionalidad de sospechoso, con quien antes compartía un negocio de restauración que se truncó, informó a la Guardia Civil de la llegada a Eivissa de su ex pareja después de recibir durante un mes una serie de llamadas intimidatorios y de que sus padres, amenazados también, le dijeran la fecha en la que su ex compañero iba a tomar un avión. «En la última me dijo expresamente que era una hija de puta y que venía a matarme. Creo que vino a la isla para hacerlo», afirmó en el juicio dicha persona.

La magistrada Ramírez de Arellano, pese a este testimonio, sin embargo, dictó una sentencia absolutoria al valorar que durante la instrucción del caso y la vista nunca se probó quién estaba detrás de estas supuestas llamadas y mensajes, así como la imposibilidad de determinar quién era el titular del teléfono desde el que se realizaron estas amenazas. La mujer explicó que creyó reconocer la voz de su ex pareja en las llamadas y que averiguó su relación con el teléfono del que procedían tan inquietantes advertencias al consultar internet y descubrir en una página web la identidad de su ex compañero y ver su nuevo número.

Al respecto, la juez señala que tampoco se aportó prueba sobre esta afirmación.

El sospechoso, que se enfrentaba a 21 meses de cárcel, decidió no desplazarse a Eivissa para comparecer en el juicio. Su propia defensa señaló su temor a hacerlo después de su última experiencia. Según su argumento, éste sólo viajó a la isla para solucionar con el dueño del local donde tenía el restaurante distintas deudas. Dicha entrevista no se pudo celebrar. «A día de hoy sigo sin cobrar», dijo en la vista el dueño del inmueble.