Un vecino de Eivissa de nacionalidad iraní confesó ayer haber abusado durante al menos seis meses de su hija de seis años, niña que fue sometida sin su consentimiento a tocamientos y a besos en la boca. El acusado, tras su confesión ante la titular del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, la magistrada Clara Ramírez de Arellano, aceptó una condena de año y medio de prisión, pena que estaba previsto sustituir por el pago de una multa que alcanzaba los 4.320 euros.

Los hechos se remontan a 2005 y los abusos los sufrió la hija menor de dicho individuo. Los cargos por abusos contra dicha persona se presentaron después de sospecharse que la menor había sido objeto de tocamientos en distintas ocasiones en las que coincidía con su padre y no sólo dentro de la residencia familiar.

Según la información recogida por este periódico los abusos, que consistían principalmente en tocamientos en las nalgas y el pecho de la niña, se prodigaron durante los citados seis meses en lugares públicos como una bolera o en un parque de juegos. En estos sitios, según terminó relatando la menor, ésta se veía forzada también a dejarse besar en la boca por su progenitor. Todas estas situaciones que le provocaron a la víctima un gran desasosiego, según confirmaron las exploraciones psicológicas a las que fue sometida la pequeña cuando el juzgado tuvo conocimiento de que podía estar sufriendo abusos por parte de su familia.

La investigación judicial fue abordada por uno de los juzgados de instrucción de la isla hasta que ayer fue citado el acusado para que compareciera en el juzgado de lo Penal número 1. La vista no llegó a celebrarse después de que la defensa del acusado, con su consentimiento, llegara a un acuerdo con el fiscal para que su condena, en lo que se refiere a su responsabilidad penal, quedara sustituida por una multa de 4 euros diarios durante 36 meses.