J.J.M./EFE

El mar y el viento volvieron a ser en las últimas horas dueños y señores de Sant Antoni. Las olas sobrepasaron los diques de la bahía como hacía años que no se había visto y las fuertes rachas que se registraron, superiores a los 100 km/h, motivaron que volvieran a verse embarcaciones varadas en la playa y que un pantalán perdiera parte de sus anclajes. Una motora se hundió al abrirse una vía de agua y otros trece barcos sujetos a estos amarres se vieron afectados por la incidencia, aunque nunca llegaron a quedar a la deriva. Los propietarios de varios llaüts, a su vez, contemplaron con pesar como los cascos de su embarcaciones presentaban distintos daños.

La virulencia del viento y de las olas se hizo notar especialmente durante la madrugada de ayer. El responsable de Ports de Balears en Sant Antoni Gabriel Sánchez dijo que los episodios más fuertes de viento se produjeron entre las dos y las cinco de la madrugada. «Ha sido el temporal más importante registrado en los últimos años», señaló Sánchez, quien no dudó en indicar que las olas alcanzaron varios metros de altura.

Cerca de ocho embarcaciones, todas ellas fondeadas en la bahía, volvieron a verse arrastradas a la playa de s'Arenal. En el pantalán número 2, los anclajes superiores de un tramo no soportaron el embate del viento. Los inferiores, sin embargo, no llegaron a cortarse, manteniendo a una quincena de barcos con esloras inferiores a los nueve metros atados a estas sujeciones. La peor parte se la llevó el 'Lady Lin', una motora en la que se abrió una vía de agua después de ser víctima de continuos golpes en su casco durante la noche. El 'Lady Lin' quedó semihundido y los técnicos trabajaron durante todo el día de ayer para su reflotamiento.

Alerta amarilla

Las olas continuaron azotando la costa durante las horas siguientes arrastrando al interior piedras, cascotes y otros elementos del mobiliario urbano sin que se llegaran a causar daños personales. La fuerza del viento, pese a ello, fue amainado durante la mañana. De hecho, la Agencia Estatal de Meteorología mantuvo la alerta naranja por fuertes vientos en Menorca, y la redujo a amarilla en el resto de las islas del archipiélago balear.

En el resto de las Pitiüses, las intervenciones fueron anecdóticas. En Eivissa, por ejemplo, la Policía Local informó de la necesidad de recurrir a los bomberos para retirar una persiana que se desprendió en la calle Montgrí y la recolocación de varios contenedores de basura que invadieron la calzada de la avenida Pedro Matutes Noguera.