Las defensas de dos acusados por vender droga en las inmediaciones de sendas discotecas de la isla llegaron ayer a un acuerdo con el Ministerio Fiscal y aceptaron tres años y medio de prisión uno de ellos y tres años la otra. Las penas quedarán en suspenso, siempre y cuando no sean detenidos por otro delito en el periodo que dura el castigo, porque se han declarado víctimas de toxicomanías y se han comprometido a seguir tratamientos para dejar las drogas.
El primero de los condenados es el joven brasileño R.D.A.S., de 24 años, que fue arrestado por agentes de la Guardia Civil el 11 de junio de 2007 cuando, según el escrito de acusación, «ofrecía a la venta a las que personas que pasaban [por la calle de acceso a una discoteca de Sant Antoni] sustancias estupefacientes gravemente dañinas para la salud humana con intención de obtener un beneficio patrimonial ilícito». Una vez cacheado, los agentes le encontraron 22 bolsitas con MDMA, lo que pesaba 19 gramos, y una porción de hachís de ocho gramos.
El Ministerio Fiscal pedía en principio tres años y medio de prisión, la misma pena que finalmente dictó contra él ayer la Audiencia Provincial.
La otra condenada es la joven L.J., también de 24 años de edad, que fue arrestada el 1 de octubre de 2006 cuando intentaba entrar en una discoteca de Platja den Bossa. Agentes de la Guardia Civil la encontraron en «un cacheo superficial» 48 pastillas de MDMA, con un peso total de 10,63 gramos, y una bolsita de ketamina, con un peso de 170 miligramos. Según la acusación, pensaba vender la droga y llevaba encima 530 euros fruto del negocio. En principio, el Ministerio Público pedía cuatro años y finalmente ha sido condenada a tres.
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