La Audiencia Provincial ha condenado a tres de las cuatro personas que tuvieron que sentarse en el banquillo después de que agentes de Aduanas desarticularan en 2007 una red colombiana que introducía grandes cantidades de cocaína en la isla. El grupo fue desmantelado cuando iban a entregar en el mercado ibicenco nueve kilos de esta droga. Los agentes también descubrieron en un piso de Sant Antoni un laboratorio para el tratamiento de esta droga así como 160.000 euros que se suponen obtenidos con la venta de los estupefacientes.

Dicha operación se saldó con trece detenidos. Se sospecha que durante el tiempo que estuvo en funcionamiento la red lograron introducir cerca de 30 kilos de cocaína en la isla. Para ello utilizaban coches preparados para que la droga no fuera detectada.

La principal pena, de nueve años de prisión, ha recaído en O.O.V., un hombre que ya contaba con una condena anterior en suspenso por narcotráfico y quien durante toda la causa se presentó como un mero «correo» de la organización que aceptaba estos trabajos para poder aplacar la grave adición que padecía.

El tribunal, sin embargo, ha considerado que O.O.V. era realmente el hombre de la red en la isla y que su compatriota G.A.V., condenado a cuatro años de prisión, era verdaderamente quien se encargaba de las tareas de transporte. De igual modo, la sentencia establece que el granadino M.P.V., a quien se le imponen cinco años de reclusión, era la persona que se encargaba de distribuir la cocaína entre los consumidores ibicencos después de que los dos primeros le hicieran llegar los pedidos.

La Audiencia Provincial, por último, absuelve a otro colombiano que vivía en el mismo edificio de Sant Antoni donde se halló el laboratorio al no considerarse probado que dicho individuo, tal y como se sopesó durante la investigación judicial, estuviera llevando a cabo tareas de vigilancia y custodia tanto de la droga como del laboratorio descubierto.