Es su tercer día de huelga de hambre y ningún representante institucional ha pasado por la puerta de los juzgados para interesarse. Juan José Peciña y Juan Manuel Miranda comienzan hoy su cuarto día de huelga de hambre. Aseguran que tan sólo ingieren líquidos. Están apostados en la puerta de los juzgados de Eivissa en protesta porque el pasado 27 de enero se cumplieron ocho años del derrumbe del edificio Barceló y no tienen noticias de la Justicia, una situación que anteayer decidió investigar el Defensor del Pueblo. Ambos tenían un piso en este edificio, por el que aún pagan hipoteca.

Ayer dijeron que ningún representante de los juzgados se ha dignado interesarse por su salud o por su caso. No tienen noticias del Juzgado de Primera Instancia número 1, que es quien ahora lleva el asunto y cuya juez dijo el pasado martes que tal vez en dos o tres meses se pueda señalar una fecha para la vista. Peciña dijo que tampoco nadie del Ayuntamiento de Vila (el edificio se reformaba sin licencia) se ha acercado por los juzgados para preguntarles cómo se encuentran o para mostrarles solidaridad. Nadie tampoco de los servicios de salud. Sí se ha interesado el delegado del CSI-CSIF, Juan Nieto, que se acercó a preguntarles por su estado y a decirles que ya ha informado al gabinete de prensa de Madrid.

La única visita inesperada que por ahora han tenido es la de un hombre que, sobre las cinco de la madrugada, se les acercó y les dijo: «Si no os vais de aquí en tres horas voy a por gasolina y os pego fuego». Llevaba una bicicleta en las manos y un gorro con orejeras. «A partir de ese momento hemos tenido que dormir por turnos», explicó Miranda.

Desde la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía dijeron que no hay ninguna detención por el momento.