EFE / SAN JOSÉ

Los equipos de socorro y la Fuerza Pública seguían ayer intentando en las últimas horas llegar a la zona más perjudicada, pues algunas aldeas continúan incomunicadas al quedar bloqueadas carreteras y caminos por desprendimientos de tierra. Daniel Gallardo, presidente de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) explicó a los medios que varios helicópteros acudirán a rescatar a centenares de personas que se encuentran atrapadas en las áreas más cercanas al epicentro, en la zona del Volcán Poás, a unos 60 kilómetros al noroeste de San José.

Un portavoz de la Cruz Roja confirmó a Efe que hasta ahora se ha confirmado que unas 2.450 personas han sido afectadas directamente, se desconoce el paradero de al menos 22 y otras 1.244 están aisladas. Otras 1.078 personas han sido alojadas en albergues, agregó la fuente.

Tras el seísmo, del que se han sentido 1.200 réplicas hasta esta madrugada, se confirmó la muerte de cuatro personas, pero la cifra se elevó a 14 esta madrugada al encontrar los socorristas otros diez cadáveres enterrados por corrimientos de tierra, y no se descarta que este número aumente. La ministra de Seguridad, Janina Del Vecchio, indicó ayer que el Gobierno ha centrado sus esfuerzos en llegar al área más perjudicada para rescatar a las personas atrapadas y a los heridos, cuyo número aún se desconoce.

Gallardo dijo que la llovizna que se registra en las cercanías del volcán Poás dificulta el vuelo de los helicópteros de rescate, pero que a lo largo del día se trabajará en la evacuación de los habitantes de las comunidades de Poás y Vara Blanca, las más perjudicadas.

El presidente del país, Oscar Arias, anunció que visitará la zona del desastre y se espera que declare la situación de emergencia nacional.