La Guardia Civil detuvo en Sant Antoni a un hombre de nacionalidad marroquí acusado de amenazar de muerte a varias personas que residían en su domicilio, entre ellas su mujer, en el transcurso de una trifulca familiar en la que se prodigaron los golpes e, incluso, los mordiscos. Al menos dos de las afectadas, dos mujeres, tuvieron que refugiarse en la cocina para evitar ser atacadas después de que el acusado supuestamente también esgrimiera un cuchillo y apuntara con este arma a las personas que le rodeaban. Todos los implicados eran naturales de países del norte de Àfrica.
El juzgado de guardia investigaba ayer las circunstancias de esta reyerta concluida después de que interviniera la Guardia Civil y de la esposa del sospechoso se decidiera a interponer una denuncia contra su marido. Una vez en sede judicial, ésta se arrepintió y explicó que no quería que el proceso judicial continuara adelante.
Según la información recogida por este periódico, los primeros indicios apuntaban a que la pelea se inició después de que empezaran a discutir acaloradamente la esposa del detenido y otra mujer, al parecer también familia directa del sospechoso, identificado bajo las iniciales J.R.
La disputa afectó a otras personas que había en ese momento en la vivienda después de que unos y otros fueran sumándose a la discusión. La reyerta se inició después de que uno de ellos propinar a otro un empujón o un golpe y a éstos se sucedieran una retahíla de agresiones. Según constaba en el atestado policial, uno de los implicados recibió un mordisco en una pierna mientras que una de las mujeres utilizó una silla de madera para protegerse de los ataques. Las amenazas de muerte continuaron cuando la mujer del acusado y otra mujer se escondieron en la cocina. Ninguna de los implicados presentaba lesiones graves.
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