Los cuatro principales implicados en una operación policial que culminó en abril del año pasado el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), dependiente de la Agencia Tributaria, que sirvió para acabar con una importante organización de narcotraficantes se sentaron ayer en el banquillo ante la Audiencia Provincial. El principal encausado se juega trece años y medio de cárcel mientras que la pena mínima requerida por el ministerio público es de cinco años.

La investigación policial, que se saldó con la aprehensión de nueve kilos de cocaína y la desmantelación de un laboratorio tras detener a trece personas y realizar tres registros en Sant Antoni y otro en es Cubells, resolvió que la red logró introducir en la isla al menos 30 kilos de esta droga tras efectuarse nueve entregas.

Los agentes de Aduanas apresaron a todos los sospechosos tras investigar una posible red colombiana que estaba utilizando coches para traer la droga a la isla y que estos viajes comenzaron a principios de 2006. Uno de los principales cabecillas, según la investigación, el colombiano O.O.V., de 47 años, aseguró ayer ante el tribunal ser un mero consumidor que, como mucho, aceptaba hacer de «correo» para otra persona a cambio de que le dieran una pequeña cantidad de droga.

En su casa de Sant Antoni, sin embargo, se encontraron 160.000 euros y tres kilos y medio de sustancias para el corte. El acusado afirmó que este dinero se lo habían dejado para su custodia y que ahora estaba siendo amenazado para que lo devolviera. Las gestiones policiales que se llevaron a su cabo en su día concluyeron que O.O.V. era el principal hombre de la red en Eivissa y que «contrataba» a otros de los sospechosos para que se trasladaran a Madrid, lugar donde se preparaban los coches con la cocaína. Los vehículos eran posteriormente embarcados en ferries e introducidos en la isla con la ayuda de estos mismos «mensajeros».