El acusado , el día en el que la Guardia Civil lo trasladó al puerto de Eivissa para su presentación ante el juez.

Khalid Bouchta, el vecino de es Pujols acusado de matar a un compatriota y dejar herido a otro con el que también compartía piso en es Pujols, abandonó en Formentera el tratamiento médico que le correspondía por su grave dolencia mental y que se seguía en Marruecos cuando se instaló en isla. Los especialistas que le han tratado tras su ingreso en prisión consideran que su conducta psicótica, encuadrada dentro de una esquizofrenia del tipo paranoide, le llevó a sufrir delirios en los que imaginaba estar siendo víctima de abusos sexuales por parte de las personas con las que convivía. De hecho, el sospechoso, como ya se informó, denunció esto mismo cuando era interrogado por el juez en la fase de instrucción.

Bouchta ha persistido en sus imaginaciones durante su reclusión. «Posiblemente estas ideas delirantes parten de su enfermedad. Lo mismo le ocurría con los compañeros de prisión y los celadores», explicó ayer en su juicio uno de los psiquiatras que le examinó. «Es peligroso si no está bajo un estricto control», precisó uno de los especialistas.

Al respecto, el presunto homicida de es Pujols, detenido a punta de pistola en la tarde del 18 de abril de la año pasado tras presuntamente acabar a puñaladas con la vida de Mohamed Nachat y acuchillar a otro magrebí con el que compartía piso, dio pocas explicaciones. Khalid Bouchta, ante la Audiencia Provincial, dijo no acordarse de haber propinado cuatro puñaladas fatales a Nachat, incluso señaló no saber que éste estuviera muerto. Al acabar el juicio, sin embargo, pidió perdón a todos por lo sucedido y en su turno de palabra se limitó a señalar que sus compañeros de casa «abusaban» de él, motivando continuas peleas.

El hombre que sobrevivió a su demencial ataque explicó ayer que el sospechoso mostraba «comportamientos extraños» y que, en una ocasión, «sacó del pelo a una mujer de una discoteca». Añadió que otro día dijo que «iba a matar a un guardia civil» con el que había tenido un problema y que iba a hacer «algo para que le recordaran siempre en Formentera».

El crimen tuvo lugar cuando la víctima mortal bajó de la casa donde realizaba una obra con el otro afectado para buscar una herramienta y se encontró con Bouchta. Varios testigos indicaron ayer que vieron cómo éste se abalanzaba sobre Nachta con un cuchillo de cocina. Luego, se dirigió a la casa y atacó al hombre que resultó herido. «Pude huir por el balcón», relató éste.

Los mismos testigos señalaron que el acusado mantuvo una actitud «anómala» incluso cuando acuchilló al fallecido. «Fue una movida de narices. Daba vueltas alrededor del cuerpo y amenazaba a todos los que había con el cuchillo. En un momento dado, se puso a orinar al lado del cadáver», indicaron.

El fiscal y la acusación particular pidieron la concluir el juicio 14 años de internamiento en un centro penitenciario psiquiátrico para el presunto homicida y doce la defensa al entender que, en un último caso, no cometió un homicidio en grado de tentativa sino unas meras lesiones.