Durante una comida en Sant Rafel, los bomberos guardaron un minuto de silencio en recuerdo de los niños fallecidos. Foto: MARCO TORRES

Los especialistas del Cuerpo Nacional de Policía terminaron ayer por la tarde el interrogatorio a los padres de los niños de dos y tres años que el sábado por la tarde fallecieron por inhalación de humo cuando se encontraban solos en el domicilio familiar, ubicado en el número 31 de Carrer d'Enmig del barrio de la Marina, en Vila.

Los agentes interrogaron a los padres el sábado por la noche y a lo largo del día de ayer con el objeto de saber por qué dejaron solos a sus hijos, dónde estaban cuando se produjo el suceso y quién y cuándo encendió la estufa eléctrica que acabó con la vida de los niños. Las explicaciones de los padres no han trascendido, pero no se descartan imputaciones por imprudencia con resultado de muerte. No obstante, sí se ha informado de que no se ha apreciado ningún indicio de dolo por parte de los padres.

Ambos cayeron presa de un ataque de nervios cuando comprendieron la tragedia. Psicólogos del servicio del 112 les atendieron y, a la hora de hablar con ellos, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía han tenido que emplear mucho tacto, de forma que no se acabó de interrogarles hasta ayer por la tarde.

En cuanto a la causas del incendio, la Policía Científica del Cuerpo Nacional de Policía se ha encargado de la investigación, en colaboración con el jefe del Parc de Bombers del Consell d'Eivissa, Miguel Sevilla. Aunque no se conocen las conclusiones definitivas, todo apunta a que el origen fue un sobrecalentamiento del enchufe de una estufa eléctrica.

Apenas se originaron llamas, pero el poco fuego que surgió quemó la gomaespuma de un colchón, lo que generó un humo muy denso y tóxico.

El sobrecalentamiento de la estufa generó tanto humo que la vecina de arriba (el edificio tiene dos alturas y la tragedia se produjo en el primer piso), alertada por el fuerte olor, fue quien dio la voz de alarma. Algunos vecinos de esta familia señalaban al mal estado en que, aseguran, se encuentra el cableado de estas viejas viviendas de la Marina.

En un principio no se sabía si había alguien dentro de la vivienda y cuando los bomberos derribaron la puerta y registraron la vivienda encontraron al niño y a la niña refugiados debajo del somier de la cama, intentado escapar del humo.

Nada pudieron hacer los especialistas del servicio del 061 por salvar la vida de los dos pequeños.