Un vecino de la parroquia de Sant Jordi tuvo que sentarse ayer en el banquillo ante la responsable del juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa acusado de un supuesto delito de tenencia ilícita de armas después de que la Guardia Civil se incautara en su domicilio de una escopeta. El fiscal pidió para dicha persona una pena de nueve meses de cárcel.

La actuación policial en dicha casa tuvo lugar después de que la ex pareja del acusado, que tenía una orden de protección, informara de que en la vivienda había distintas armas. Los agentes se incautaron de una colección de cuchillos y de dos escopetas. En principio se creyó que las armas eran de aire comprimido pero posteriormente se descubrió que una de las escopetas, de pequeñas dimensiones, era de fuego.