E.P. / MADRID

El juez Javier Pérez, que instruye el proceso judicial del accidente del MD-82 de Spanair, investigará a Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) por supuestamente incumplir la normativa de seguridad establecida en el Reglamento de Circulación Aérea que rige en España sobre las operaciones simultáneas en las pistas de aterrizaje y despegue del aeropuerto madrileño de Barajas. El instructor admitió a trámite una denuncia presentada el pasado 4 de septiembre por el ex piloto de líneas aéreas Luis Guil en la que daba cuenta de las presuntas irregularidades cometidas por AENA en la configuración de las pistas del aeródromo. Según el denunciante, «las pistas están cruzadas en vez de estar paralelas como exige la normativa vigente sobre operaciones simultáneas».

El juez Pérez ha decidido acumular esta denuncia a la investigación judicial iniciada a raíz del accidente del avión JK5022. El aparato accidentado se estrelló el 20 de agosto en el arroyo de la Vega, próximo a la pista de despegue 36L. Tras abortar el primer despegue por un problema de calentamiento, el avión ascendió unos 40 metros, perdiendo potencia a los 15 segundos. Tras sufrir varios alabeos a la derecha e izquierda, la cola del aparato chocó contra tierra, después de lo cual la aeronave recorrió un kilómetro hasta estrellarse en el citado arroyo.

«AENA está cometiendo multitud de barbaridades en Barajas» denunció Guil, quien sostiene que el organismo dependiente del Ministerio de Fomento infringe, según dice, las normas de seguridad en las pistas de despegue y aterrizaje, así como en las zonas de protección que deberían ser habilitadas para aterrizajes de emergencia. Según el piloto retirado, «Barajas es el único aeropuerto europeo en el que no existen pistas independientes», puesto que «no están preparadas para que en una misma haya maniobras de despegue y aterrizaje».

Grabaciones

«En Barajas no se pueden hacer maniobras simultáneas porque las pistas están cruzadas», denunció el ex piloto, quien añadió que además estos espacios están «abiertos» al final del recorrido. También se queja de la ausencia de zonas de protección en los laterales de las pistas del aeródromo, haciendo referencia a la zona boscosa en la que el avión de Spanair se estrelló, muy próxima a la pista. Por ello, alertó de que se pueden «producir múltiples accidente con colisiones en cadena, tanto en tierra cómo en vuelo».

Por otro lado, el magistrado se desplazó a las 10.45 horas a la sede de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), en la calle Fruela (distrito de Latina), para escuchar el contenido de la caja negra del aparato que registró las conversaciones entre entre el comandante Antonio García Luna y su copiloto Francisco Javier Mulet. Además del juez, la comitiva judicial estaba formada por el fiscal Lorenzo Bernal, la secretaria judicial y varios funcionarios del Juzgado de Instrucción 11 de Madrid. Transcurridas cuatro horas, el grupo abandonó el laboratorio de imagen. Fuentes jurídicas indicaron que el instructor se limitó a escuchar «las cintas» de las conversaciones en la cabina del aparato. En concreto, se centró en las grabaciones de los diálogos en la cabina y los chequeos que llevaron a cabo antes del despegue.

La información de las cajas negras se volcó en el Reino Unido debido al mal estado que presentaban tras el impacto. Tras ello, se remitieron a los laboratorios de Acústica de la Guardia Civil para limpiar las pistas de sonido grabadas. De las cajas negras se extrajeron los datos del registrador digital de parámetros de vuelos, que reveló que el avión despegó tras abortar el primer intento sin tener desplegados los alerones posteriores que dan sustentación al aparato.